Madeleine
Después de esperar alrededor de media hora al desafortunado padre de la niña, la convencí de almorzar. No había comido nada desde la mañana, y también miró con tanta ansiedad las chuletas en la sartén, que olían tan deliciosas, que no tardó mucho en comérselas.
Yo no comí. Solo me tomé una taza de té de manzanilla para calmar un poco mis nervios. Honestamente, no sabía qué hacer ahora. Ni siquiera podía llorar ahora, porque Ivanna estaba allí todo el tiempo. Ella es la única razón que frena mis emociones, que me estaban volviendo loca. Las reprimí, lo que causó que me diera dolor en el pecho, haciéndome daño físicamente.
- ¿Puedes ayudarme con mi tarea de Matemáticas? - Pregunta Ivanna
- Si, trae el cuaderno
- ¿Podemos ir a mi habitación?
- Ivanna mi niña, me duele la cabeza - dije arrastrando las palabras - Por favor trae tu cuaderno, tu lápiz y borrador.Haremos todo rápidamente.
- Bueno. ¿Puedo traerte algo? ¡¿Kit de primeros auxilios?! una pastilla para tu cabeza.
- No, Ivanna - sonrío levemente. - Así estoy bien por ahora
- Traeré el cuaderno entonces
Tan pronto como la niña sube corriendo las escaleras, se escuchan fuertes pasos en el porche.Abre la puerta y entra en la casa.
Al parecer, hoy cumplió con su deber paternal.
- Sé que es mi culpa - dijo entrando en la sala y ni siquiera giré la cabeza. - Había muchos problemas en el trabajo
- ¿Qué le pasó al teléfono que no contestabas? - Continuó mirando un punto frente a mi.
- Lo apague, lo siento - puso sus manos sobre mis hombros y los apretó un poco, parándose detrás del respaldo del sofá. - De verdad, lo siento... - dijo besándome la mejilla. - ¿Donde esta Ivanna?
- En su cuarto. Bajará ahora. Te hemos estado esperando todo el tiempo que hemos podido. Ya hemos almorzado.
- Lo siento - Camina alrededor del sofá y se sienta a mi lado. Quería alejarme de él, pero no lo hice.
- ¿Almorzaste en el trabajo? - me refería a si Karina le daba de comer.
- No,no he almorzado
- Mm... Está bien. Vamos te serviré la comida - Me levanto del sofá, pero él me agarra la mano.
- ¿Por qué te comportas asi?
- ¿Como?
- Seca ¿Paso algo? ¿O estás deprimida otra vez porque tus padres no aprueban tu futuro matrimonio?
- Sí es por eso, también tenía dolor de cabeza. Y sí, estoy un poco molesta porque incluso los fines de semana no podemos estar juntos.
- Mi ayudante se ha ido de la ciudad y no confío en nadie.
- Entiendo... Entonces, ¿vas a comer?
- Lo haré - suelta mi mano, y me apresuro a ir a la cocina.
Estoy temblando por todas partes. De a milagro, no se me cayó el plato de sopa de las manos mientras lo llevaba a la mesa.
Le pongo un poco de agua y me siento frente a él.
La desesperación se apodera de mí, porque al mirarlo, a pesar de todo lo que he aprendido de él, lo sigo amando.
Tengo miedo de preguntarle. ¡Ojalá no supiera todo esto! ¡Quiero olvidar! ¡Quiero ser una tonta ingenua por el resto de mi vida, solo para no experimentar este dolor! Entiendo que esto estaba antes que yo, que esto es parte de su vida pasada, ¡pero debería haberme dicho! ¡Debería!
Comprobaré todo yo mismo. Hablaré con esa tal Karina. Y entonces... entonces tomaré una decisión. El hecho de que organizaré una acción reveladora para él es seguro, pero qué sucederá entonces... No lo sé.
Todo dependerá de lo que diga. Pero primero tengo que conocer a Karina. No quiero darle una sola oportunidad de engañarme de nuevo. Si le digo que Agnia me dijo todo esto, simplemente dirá que está mintiendo, y después de eso, apenas tendré la oportunidad de hablar con esta chica. Él la esconderá, le dirá que se calle o algo más... Sé que me ama y probablemente tratará de ocultarlo todo por mi bien, pero no lo dejaré.
- Madeleine
- mmm
- ¿Que te pasa?
- Nada
- ¿Que puedo hacer?
- ¿Para que?
- Para que dejes de estar tan triste.
- Yo no...
- ¡Padre! - Ivanna corre hacia Alexander y lo abraza con fuerza. - Estábamos deseando que llegara, ¡pero teníamos tanta hambre que almorzamos sin ti!
- Hiciste lo correcto. Es mi culpa, - acaricia la cabeza de su hija - ¿Ya has hecho tus tareas?
- Todas menos matemáticas. Pero Madeleine prometió ayudarme.
- Vámos Ivanna para que termines tu tarea rápido - Ahora no quiero estar con él en absoluto.
- Papá, la señora con el pelo negro vino hoy.
- ¿Quién?.. - pregunta Alexander dirigiendo mirada severa hacia mí.
- Agnia - dije - Quería hablar contigo.
- ¿Acerca de?
- Yo no sé. Ella no me dijo. La eché. ¿No te importa?
- Por supuesto que no.
- Vamos, Ivanna - me levanto de la mesa. - Hagamos tus tareas de matemáticas.
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Nota de la autora:
Que les pareció el capitulo espero y lo hayan disfrutado
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Nos vemos pronto
Besos 💋
Danielis M Rodriguez
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Mamá para su hija© { ✓}
Random{COMPLETO} - ¿Eres mi mamá? - la niña, con la cara de un ángel, parecía como si estuviera esperando un milagro - No, cariño... Solo tengo mucho frío. Necesito llamar a mi hermana, hay algun adulto? - Las manos me tiemblan, los dientes castañetean...