Mamá para su hija© { ✓}

Capitulo 3

Madeleine

- Te dije que traería a tu amiga - respondió su padre.

Entonces esto significa que Ivanna terminó de convenserlo para que fuera por mi, Valió la pena adivinar. Bueno, no me importan sus motivos Si ella no estuviera en la casa, no saldría del auto. Es un hecho.

Paso adelante, sobre el umbral. Estoy temblando. La razón de esto son las palmas de las manos de Ivanov sobre mis hombros.

- Te ayudaré a quitártelo

- Yo... está bien... - Lo dejé hacerlo.

- ¡Tienes un hermoso vestido! - exclamó Ivanna - ¿Y como esta el mio? - dijo dando vueltas en un vestido color rojo dorado

- Esta hermoso - le sonrío a la niña.

- Mi papá me lo dio. Lo compramos hoy. ¡Con él celebraré el año nuevo!

Y yo, al parecer, tendré que pasar este nuevo año aquí. Al menos es mejor que lo que tengo en mi departamento o en un auto aburrida

¿Él no tiene novia? ¿No hay nadie en absoluto? Iba a celebrar el año nuevo solo con su hija?..

Recuerdo a otro Alexander que vivió una vida plena. Siempre había muchas chicas muy hermosas a su alrededor. Fingí no estar celosa, me mantuve fría, pero Dios, cuánto me costó... Mil millones de células nerviosas. Pero por alguna razón él estaba conmigo, una chica que nunca fue libre en su elección. dependía mucho. No podía vivir la vida que vivía. No éramos una buena pareja.

- Vamos a la sala de estar - sugirió Alexander

- ¡¿Puedo ofrecerle a Madeleine chocolate caliente y un dulce festivo?!

- Tal vez deberíamos ofrecerle algo más sustancial

- No, gracias. Con el chocolate es suficiente - Me quito los zapatos llenos de nieves

— Ve a buscar chocolate, Ivanna, acompañaré a tu amiga a la sala de estar.

— ¡Ajá! - La niña se va

Miro brevemente a Ivanov y empiezo a moverme lentamente hacia la sala de estar.

- ¿Qué estás esperando, siéntate.

Me siento en el asiento en el que él me había sentado previamente. De nuevo, se sentó enfrente.

Hace calor aquí.

- ¿Deberías llamar otra vez? - ofrece Ivanov, imponentemente poniendo sus piernas una sobre otra piernas.

- No aún no.

- No estoy hablando de tu hermana. Estoy hablando de tu marido. ¿Te gustaría llamarlo y decirle dónde estás?

¿Qué está haciendo ahora, eh?

- ¿Qué te importa esto, Ivanov? - Estrecho los ojos. - ¡No pregunto por qué me mentiste!

Cansada de ser culpable.

- ¿En que?

- ¿Qué edad tiene Ivanna?

- Seis.

- La mujer que es su madre obviamente ya la había dado do a luz o ya estaba embarazada en el momento en que estaba contigo... entiendes - apartó la mirada.

- Me enteré de Ivanna cuando tú ya... te despediste de mí.

Y... Ahí está.

- Ya veo - me mordi el labio inferior hasta que me dolió. Fui golpeada por tales emociones que involuntariamente me estremecí.