Capitulo 31

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Madeleine

Alexander no dijo nada. Su mirada lo decía todo.

Pero tenía que contarle sobre el encuentro con Martín.Lo único de lo que no hablaré es del beso que no quería.

- Así que está en la ciudad - pregunta Alexander. - Está bien... - enciende el auto.

- ¿Qué pasa, Alexander?

- Me ocuparé de eso yo mismo. Personalmente.

- Alexander, no...

- ¿No...? - dirigió su vista a la carretera y me miró brevemente. - Vale... Pero mañana no vas a trabajar.

- ¡Alexander! - exclamo.- No seas celoso.

- Hablaré con él yo mismo.

- ¿Y qué le vas a decir? - me puse nerviosa - ¡Alexander!  ¿Puedes oírme?

- ¿Porqué estás tan preocupada? - dice con burla.

- No quiero que tú...

- ¿Recuerdas nuestra conversación con tu padre? Él ya no se mete en tu vida, y si no le hubiera hablado, todavía estuvieras con Martín

- Es diferente.

- ¿Por que?

- Simplemente no estará de acuerdo con lo que dices,  y... estoy seguro de que pronto entenderá todo y dará el divorcio.

- No entendí algo - Alexander me mira . - ¿No quieres divorciarte?

- Si quiero

- Y quiero terminarlo lo antes posible. Solo hablaré con él. Entonces él estará de acuerdo. Y si no está de acuerdo, al diablo con él, lo haremos de otra manera.

Respiró hondo y me recuesto en el asiento, cruzando los brazos sobre mi pecho.

- ¿Qué estás haciendo? quiero lo mejor Para nosotros. Si entiendo correctamente lo que está pasando entre nosotros ahora, entonces creo que estoy haciendo todo bien. No estoy tratando de controlarte. Solo quiero hacer todas las cosas bien.

- Yo no...

- No me mientas. Ibas a permanecer en silencio hasta el final y sufrir sola.

- Yo... lo siento...

- Mi madre no tenía derecho a hacerlo. Méterse en nuestra relación. No volverá a suceder.

- Sí, creo que no tiene nada más que añadir. Todo aquello con lo que está insatisfecha, ya lo ha dicho. Y al contarte nuestra conversación con ella... creo que esperaba convencerte de que estabas cometiendo un error.

- El único problema es que te amo.

- ¿Qué dijiste?..

- Que el niño que se fue era mío. Que hemos cometido un terrible error en el pasado.

Un nudo amargo se me hizo en la garganta. No puedo creer que realmente lo haya mencionado. Yo no decidí.

- ¿Y qué dijo ella?

- No dijo nada. Ella entendió todo o eso espero

- ¿Realmente entendió?

- Si, entendió. A mi manera. Lo principal que entendió es que no vale la pena interferir en nuestras vidas.

Puedo imaginar qué tipo de charla le dio.

- Probablemente quería emparejarte con Agnia.

- ¿Ella también dijo algo sobre eso?

- No. Pero ahora sé que definitivamente tuvieron una conversación al respecto, - apartó la mirada de la ventana.

Me duele incluso pensar en ello. Entonces, ¿por qué los celos de Miroslav con respecto a mi comunicación con Martín me asustan y me indignan? No queremos compartir con nadie. Esto es completamente normal o eso creo

- Sabes que te quiero.

- Aja...

- Oye... No seas una niña. No di ninguna razón para dudar de mi elección.

- ¿Y si ella viene una y otra vez?.. Vosotros sois vecinos.

- Le diré que no es bienvenida a mi casa..

* * *

Cuando llegamos a la casa, vimos a Ivanna en el porche. Sin sombrero, sin ropa de abrigo... En un fino jersey de cuello alto.

- Ivanna, ¡¿por qué saliste sin ropa?! - Salgo del auto

- ¡Te vi en la ventana!

- ¿Ya se fue Nanny? - preguntó Alexander , a lo que Ivanna asintió. - Bueno, entra a la casa

La niña entró volando a la casa como una bala y la seguimos.

- ¿No vamos a ningún lado hoy?

- No, no vamos a ningún lado - respondió su padre.

- ¡Oh! ¡¿Que compraste?! - toma el paquete de su padre y lo pone en el suelo. — ¡Sushi y pizza! ¡Pizza de queso! ¡Mi favorita! - miró dentro del paquete. - ¡Hurra!

Alexander  insistió en que no hiciera nada en la cocina hoy. Tuve que estar de acuerdo. Hoy fue sin duda un día muy difícil, tanto física como mentalmente. Solo quiero comer y poner los pies en el sofá.

- ¿Vamos a ver una caricatura antes de acostarnos? - pregunta, estuvo conmigo todo el tiempo mientras limpiaba su armario.

- Estoy totalmente de acuerdo - plancho el cuello de mi blusa blanca. - ¿Sabes dónde está papá?

- Está abajo - Ivanna  puso una cara triste, sentada en el borde de la cama. - Habla por teléfono todo el tiempo. Está enojado.

- ¿Sí?.. Tal vez habla con alguien del trabajo. No te preocupes así. Los adultos a menudo lo hacen.

- Entiendo. Por trabajo y problemas.

- Sí exactamente.

- Y cuando sea grande, ¿puedo ir a estudiar contigo al Liceo?

- Bueno, si te gusta entonces puedes pedirle a tu papá que te arregle en un liceo. Pero pensé que querías ser artista.

- La abuela dice que es inútil.Que los artistas siempre tienen hambre.

- ¿Bien, qué quieres ser?

- Definitivamente no quiero ser abogado.

- ¿Por qué?..

Alexander entra en la habitación, interrumpiendo nuestra interesante conversación. Él está realmente enojado.

- ¿Paso algo?

- No - Alexander negó con la cabeza negativamente. - Necesito irme. ¿La cuidarás?

- Obvió. No tienes que preocuparte.

- No tardaré mucho - asiente e inmediatamente sale por la puerta.

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Nota de la autora :

Que les pareció el capítulo espero y lo hayan disfrutado

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Nos vemos pronto

Besos💋

Danielis M Rodriguez

Mamá para su hija© { ✓}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora