Capítulo Uno.

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Al despertar Jimin se encontraba en una habitación desconocida. Fuera de esta se escuchaba una voz que no le era familiar. ¿En dónde estaba? Lo último que recordaba era estar en la montaña con el hombre misterioso.

Definitivamente tenía que estar ahí ese sujeto.

Antes de levantarse observó el lugar. Libros, café, un piano y marcas de huellitas. Nada alertaba peligro. Sin embargo, no debía de confiarse quien sabe que tipo de persona podría estar ahí.

Al poner la planta de sus pies en el suelo Park cayó una vez más. Sus piernas estaban débiles. Era inexplicable. Su fragilidad era inusual, siempre había gozado de energía y fuerza.

—Jovencito, debes dejar de hacer que me preocupe— exclamó un muchacho que entró corriendo tras escuchar el sonido de un golpe seco.

—Ahm ¿En dónde estoy? ¿Quién eres?— contestó mientras se apoyaba con el joven para levantarse.

—Estas en mi casa. Soy Yoongi, Min Yoongi— carraspeo.

—¿cómo llegué aquí?— cuestionó mientras arrugaba la nariz.

—Eso me gustaría preguntarle joven...

—Park, Jimin Park— replicó. –Quiero suponer que alguien me trajo aquí, aquel hombre. Debió ser el...—mascullo.

—No estoy jugando señor Park— el tono de voz de Yoongi había cambiado notablemente.

El ambiente era más serio.

Después de unos segundos analizándolo Jimin finalmente reconoció que el hombre de la mañana y el joven que estaba frente a él eran la misma persona.

Muchos creerían que era fácil de deducir pero su energía se sentía diferente hasta ahora.

Además que con el rostro descubierto y sin las enormes prendas que vestía temprano parecía rejuvenecer al menos ocho años.

No esperaba que su salvador fuera alguien tan joven, parecía tener la misma edad que el e incluso apostaría que era menor por un año.

Y para agregar tampoco entendía como pasaba de parecer alguien tranquilo y dulce como en el momento en el que entró por la puerta a alguien con un aura asesina como la que tenía en este momento.

Tal cual, era similar a un felino. Aunque aún trataba de descifrar que clase de felino era.

—Ya veo. Fue usted— Sinceró.
—Entonces ya debe de saber la respuesta. Usted me trajo aquí —

—No te hagas el tonto. ¿Cómo cruzaste? Ninguno de los de tu especie podría hacerlo— realmente el ambiente se ponía cada vez más tétrico.

—¿especie? No entiendo que sucede. Pero lo que sea que este pasando no voy a permitir que me hable así.—

Dicho esto se dirigió con cuidado hacia la salida  y tomó la manija de la puerta.

—¡Alto ahí!— exclamó Min.
No era necesario gritar con esas palabras había dejado helado a Park.

Aún así continuó.

—Gracias, de todas formas. Veré como pagarle— exclamó Jimin.

¿estaba molesto? Si.
No obstante estaba agradecido pues sentía que le debía el seguir con vida.

Salió de la pequeña casa consternado y aturdido.

El castaño caminó lentamente sin reconocer algo. A diferencia de las calles casi vacías que solía ver, encontró un lugar muy pintoresco. Incluso en invierno, parecía estar lleno de vitalidad.

Has hechizado a mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora