Capítulo Ocho

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—Hyung despierta.

Vincent jaloneo la manta que cubría a Yoongi y éste le jalo en protesta, tapándose de nuevo.

Yoongi era un hombre bastante trabajador que incluso podía trabajar sin dormir pero en cuanto decidía hacerlo no importaba la hora ni el lugar, nada podía interrumpir su preciado sueño.

Vincent trató de despertarlo sin conseguirlo, lo único que recibió fue palabras roncas intendibles y un par de golpes no intencionados en su totalidad. Mientras que, Jimin estaba plácidamente dormido a lado de Yoongi. Nunca había descansado de tal manera. Su corazón se sentía tan liviano como nunca antes se había sentido.

Cuando Min se volvió a acomodar quedó de frente a Jimin sus ojos cerrados pesadamente no le permitieron ver que ahí estaba el castaño, después de unos minutos inconscientemente parecían estar muy cómodos compartiendo espacio, pues cada vez estaban más juntos, disfrutando del calor que le brindaba el otro.

Las cosas iban mejor de lo que Vincent había planeado.

Rendido Vincent se fue a dormir nuevamente.

El ruido del exterior finalmente despertó a Jimin, además de la luz que entraba por alguna rendija de la ventana.

Abriendo sus ojos lentamente pudo visualizar bien a quien tenía en frente.
Era Yoongi, estaba acurrucado a su lado derecho, su cara estaba un poco hinchada y sus mejillas se veían tan adorables al igual que sus pestañas sin olvidar que a su vez un aura sexy lo acompañaba con su larga cabellera alborotada; Jimin nunca pensó en que alguna vez podría quedar tan cautivado con alguien mientras dormía. Dentro de él su ser se removió al ver tan hermosa imagen a su lado, un destello de deseo se encendió, deseaba poder verle así por más tiempo, tenerlo así a su lado cada día.

La energía pura y armoniosa que desprendía el pelinegro era simplemente indescriptible.

Observandolo pudo apreciar más a su rostro. Su piel palida y con casi nada de imperfecciones a diferencia de la de él, parecía porcelana, su nariz estaba con tonos rosados y podía ver de cerca ese lunar que adornaba su mejilla. Conteniendo el aliento evitaba el impulso de besar las suaves mejillas.

Vincent en la cama de a lado se despertó poco después pero fingió estar dormido solo para ver como sus dos amigos estaban tan cerca uno del otro. Y como él castaño estaba perdido en cada detalle de la piel de Min.

Realmente deseaba ver feliz a Yoongi, en los días recientes lo notaba más risueño, con el rostro iluminado y sus ojos mostraban un brillo singular. Sin duda el pelinegro también sentía algo por Jimin pero no lo diría. Tenía la mala costumbre de ocultar sus sentimientos y emociones.

Estaba convencido, tenía que hacer algo para que esos dos se juntaran. Y ya había puesto su plan en marcha, después de todo no fue tan malo conocer a Sam. Gracias a ello se habían divertido demasiado y había confirmado que debían de darse una oportunidad y él estaría ahí para ayudarles, pero sabía que debía darles su propio espacio.

No pasó mucho cuando Yoongi despertó también. Jimin estaba tan embelezado que no se había preguntado cómo es llegaron. Cuando el pelinegro abrió los ojos sintió sus mejillas arder apenas vio un par de ojos miel observándolo atentamente, pronto se sento evadiendo la mirada. Recordar la noche anterior era un poco vergonzoso pues sabía que el castaño no estaba en sus cinco sentidos, hubiera deseado que si.

Cómo es que el destino era tan cruel, dos sucesos importantes habían tenido lugar entre ellos y parecía que sólo el podría recordarlo.

Solo el podía recordar sus manos entrelazadas mientras dormían, ese agarre no era de amistad, lo sentía.

Has hechizado a mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora