Capítulo Seis

240 30 3
                                    

Los rayos del sol comenzaban a salir y Yoongi había despertado con ellos. Su mano estaba totalmente entumecida. Cuando abrió sus ojos notó que aún sostenía la mano de Jimin, con cuidado se separó de él y se fue a duchar.

Ya bañado y arreglado trato nuevamente de comunicarse con Soo.

Aún no lograba hacerlo. Lo más probable es que hubiera ido a la Villa de la luz, ahí se encontraban las mejores decoraciones y cualquier cosa que necesites para la noche estrellada. Pensó.

Por lo general la familia Choi era muy tradicional en cuanto a este tipo de festividades y si su sospecha era cierto podría llamarlo al atardecer, justo antes de que Jimin volviera a casa.

Estuvo algunos minutos pensado en que debería de hacer, no obstante, su mente estaba confundida.

Yoongi se dirigió a la cocina sin proponérselo y preparo un coctel de fruta, horneo un poco de pan con ayuda de su magia y preparó té con la manzanilla que habían olvidado la noche anterior.

El aroma del pan era exquisito. Y que decir de su aspecto, era suave, esponjoso y con una cobertura crujiente.
El delicioso aroma combinado con la manzanilla, hizo al menor despertar sintiendo a su estómago gruñir.

Al notar que Yoongi preparaba el desayuno creyó haber despertado tarde. No quería salir corriendo. Ya no estaba en secundaria como para volver a esos hábitos. Al ver el reloj a lado del espejo, se relajó, aún faltaba una hora para ir a trabajar. Lentamente se levantó y en pasos cortos tratando de mantener el silencio fue a lavarse el rostro y los dientes. No quería saludar a Yoongi con aliento mañanero.

Una vez más camino con sigilo hacia donde el pelinegro estaba.

Viéndolo desde la espalda Yoongi parecía bastante apuesto. Una espalda fuerte y su cabello atado con un lazo azul en una cola baja hacía destacar su figura.

Jimin observó embelesado cada uno de sus movimientos sin siquiera notarlo.

Verlo usar su magia era algo nuevo. Jimin no sabía que podía cocinar con ayuda de esta. Sabía que era un Guardian y por lo general sólo usaba unas cuantas pociones dentro de casa. Casi se había olvidado que era un ser mágico, un mysticus.

Se mantuvo un par de minutos admirando el espectáculo que el mayor ofrecía hasta que éste se dio la vuelta.

—¿Te encuentras mejor?— preguntó Yoongi con esa voz grave matutina. Su voz de por sí ya era grave pero su voz matutina lo era más.

—Si. De hecho me siento mucho mejor—contestó Jimin entusiasta.

—Me alegra escuchar eso— dijo Yoongi.

—¿Por qué estas cocinando tan temprano?— preguntó Jimin curioso para después pasar su lengua sobre sus labios saboreando el aroma del pan.

Amaba el pan.

—Me ayuda a pensar— rió Yoongi después de ver a Jimin perdido en la comida.

–¿Pensar?— curioseo Jimin.

—Aunque no lo creas.  Si se pensar. No te culpo yo también me sorprendo a veces— bromeó Yoongi con el tono serio.

Jimin rio escandalosamente por la respuesta que obtuvo por parte del pelinegro. El no había tratado de dar a entender otra cosa. Quizás otra día lo habría dicho con ánimo de molestar pero esta vez no. Había sido involuntario y la respuesta inmediata de Yoongi confirmaba lo mucho que se había acostumbrado a su sarcasmo.

Claro que Yoongi no se quedaba atrás, siempre encontraba respuestas a las bromas de Jimin y nunca perdía la oportunidad para hacer lo mismo.

Yoongi tomó un poco de pan y lo puso en la boca de Jimin mientras reía.

Has hechizado a mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora