Capítulo Dieciséis

145 26 1
                                    

(escuchar claro de luna)

Yoongi desde luego trató de comunicarse con su madre pero le fue imposible, por ahora aún con su magia y la de Jin protegiendolos no debían exponerse. Marie y la señora Choi quienes siempre habían cuidado de la madre de Min le calmaron un poco haciéndole saber que estaba bien.

Soobin había sido contactado por Jungkook que le explicó todo.

A diferencia de los otros, Jungkook era el único camuflable sin que una sola gota de energía pudiera identificar su poder. Solo verdaderos profesionales podrían saber que es mágico pero nunca sabrían cuál es su don o poder.

A esa altura no estaban seguros de cómo continuar, "Hoseok" había comenzado a tomar rehenes hasta que aparecieran los traidores.

El plan de Jaemin era sencillo, hacer parecer un verdadero tirano al verdadero Jung y poner a su hijo en el trono deshaciendose del último del linaje del despiadado hombre que la había separado de su hijo.

Min estaba devastado, después de asegurarse del bienestar de su madre y de la familia Choi ya no tuvo ánimo para nada, la adrenalina que le había permitido moverse se había acabado, el poco tiempo que había pasado con Park había sido valioso para el y después de su cruel partida se sentía desechado.

Había perdido el apetito y no quería salir de la habitación en la que se encerró.

Jungkook entró al lugar sin problema alguno de la restricción de su magia, pues está nunca aplicaba a animales, en sus diferentes transformaciones humanas ese hechizo sería un problema pero para animalitos no, y aunque odiaba mucho hacerlo se transformó en un pequeño insecto, realmente lo odiaba pero parecía que el Señor Yoongi necesitaba apoyo.

Volvió a su forma natural al cruzar la barrera.

—¿Qué haces aquí? No tengo ganas de... — resoplo y volvió a acomodar en pose fetal. —nada.

—Solo quiero decirte que todos estamos preocupados por ti, ¿estas así por Jimin?

—¿Jimin?— su voz se quebranto y apretó su pecho que dolió cuando escucho el nombre. 

Yoongi había pensado en él durante esos dos días su tristeza no lo dejaba pensar más que en el pecoso, ahora sólo quería asegurarse de que estuviera bien aún si éste lo alejaba.

Los ojos rojos e hinchados del palido derramaron una última lágrima pero esta vez ya no era de tristeza era de coraje.

El silencio acompañado de un suspiro se hizo presente.

Min había cambiado mucho la perspectiva que tenía de su amigo, con todo lo que sabí, había llegado a la conclusión que lo que tanto llegó a odiar de su mejor amigo había sido obra de Jaemin, de ser así eso explicaba la forma en la que Jung le suplicaba ser escuchado, el porque nunca recordó hacer algo mal.

Yoongi siempre creyó que su descaro era tanto que fingía que el era bueno y no lo había dañado.

Tal vez debió escucharlo desde un inicio.
Se sentía culpable por haber desconfiado así de su mejor amigo desde entonces creyó que su amistad había sido una farza y que Hoseok solo fue alguien que jugó con él pero al final sentia que él mismo había sido un mal amigo por no notar que algo le pasaba, esa idea lo tormento por largos minutos para caer en cuenta de que no importaba lo mucho que quisiera cambiar ese parte de su historia ya que la mujer siempre lo atormentaria hasta llegar al punto actual.

Lleno de cólera tomó un libro de hechizos y pociones que su pareja solía leer. Jungkook comenzó a asustarse al ver la actitud tan extraña que había tomado el pelinegro.

Has hechizado a mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora