𝚇𝚅

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El viento otoñal suceso, comenzaron a caer los primeros indicios de nieve, ya Xiao no recordaba cuántas veces o años se habían repetido este ciclo de nuevo, con bastón en manos, se sentía envejecer sin siquiera cambiar su apariencia.

Había dejado Liyue atrás, había comenzado a emprender un nuevo viaje, en donde se encontraba cruzando las 7 regiones de Teyvat, sus altas cimas, sus profundas aguas, oscuras como la noche, había apreciado tantas lunas cayendo al Alba, y cada una de estas desde un lugar nuevo, desde los techos de las casas en Sumeru, hasta los grandes prados de Fontaine. No había lugar que él desconociera, pues, la búsqueda de aquel invertebrado dorado no cesó ni por los climas, los años o las lunas, cada día, sentía que estaba más y más cerca de su cometido, pues esa mariposa era la única guía que le quedaba para reencontrarse con aquel amor, aquel a quien prometió tanto, más no pudo dar nada al final; apoyado en un bastón de su tamaño, con una madera que podría romperse a cualquier momento, siguió su camino, dejando que sus descalzos pies, mancharan de gotas de sangre la blanca nieve, su recorrido había sido tal, que sus piernas podrían haber caído por cansancio o por heridas en cualquier momento.

Llegando a una carretera cercana del lugar, cayó, la nieve cubrió todo, el panorama tenía los blancos más claros y profundos que jamás había visto, sus pesados ojos ansiaban ver más, pero, sus rodillas cayeron al suelo, golpeando la cabeza del contrario, con lo que parecía ser una roca, la cual ocasionó que un rojo vivo escapara de su cabeza … Habrá sido una ilusión, o sería real, pero, antes de cerrar los ojos, la vio, aquella mariposa de oro, revoloteando tranquila por ahí. Pudo sentir su mente gritarle a su cuerpo que se moviera, pero fue inútil, ya no podía ni pensar bien, y desfallecido en medio del camino; unas pisadas rápidas en dirección suya mantuvieron los oídos del contrario alerta, parecía ser una mujer, lo estaba cargando, pidiendo que no pierda las ganas de vivir, que resista un poco más y así poder sanarlo cuando llegasen al refugio más cercano. Pero el contrario no respondió.

Un leve aroma a Lirios invadió sus sentidos, sus ojos fueron abiertos con rápidos parpadeos mientras deleitaba sus oídos de dulce música natural, y el dulce canto de Aether… un momento ¡Era la voz de Aether! Rápidamente el Adeptus se incorpora, sentándose en el césped, miró a todos lados, ansiando poder verlo de nuevo, pero no había nadie, solo aquel bosque donde se encontraron por primera y última vez.

Sacudió su cabeza con cierta brusquedad.

¿Por qué no puedo encontrarte? ¿O es que estás huyendo de mí?

Se podía notar el enojo en las palabras del joven de cabellos azabaches, más aún así, la música y canto se detuvieron para dar una respuesta, que, aunque no sabía de dónde venía, resonaba por todas partes.

No es que no desee volver a verte, al contrario, ansío el día en el que podamos vernos otra vez, amado Xiao

Xiao miro a todas partes, dando vueltas en su lugar y respondiendo a su vez.

Entonces, por qué, aunque haya recorrido a pie por tantos años toda Teyvat ¿No te puedo hallar?

Una leve sonrisa calmada sonó en el ambiente.

Aún no quiero verte, no considero que sea el momento … Tienes tantas cosas a tu alrededor, haz descubierto por ti mismo qué, lejos del bosque, hay todo un mundo lleno de maravillas, eres consciente de ello ¿No es así?

Por el contrario, Xiao volvió a hablar con algo de terquedad en sus oraciones.

¡De que me sirvió haber caminado tanto, y haber visto tanto y a su vez nada, si tu no estuviste ahí, comencé esto con la sola intención de buscarte!

• 𝚄𝚗𝚝𝚒𝚕 𝚍𝚎𝚊𝚝𝚑 𝚞𝚗𝚒𝚝𝚎𝚜 𝚞𝚜 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora