Narrador Omnisciente~~~~~
El olor a tabaco se percibía aún detrás de la gran puerta de metal, incluso, las paredes se habían perfumado con éste.
Tres sofás acomodados estratégicamente formando un triángulo, en ellos tres hombres sentados.
Dos de ellos tenían a una mujer semidesnuda en sus piernas, mientras ellos las miraban con lascividad, el tercero tan solo sostenía un cigarrillo en su mano derecha, que se encontra elevada a la altura de su cabeza con el codo apoyado en el antebrazo del sofá y en su mano izquierda, mantenía presionado un vaso de Vodka puro.
Detrás de ellos, había un bar, el cual era atendido por un chico de brazos tatuados y de barba en candado, sus manos se movían ágiles preparando todo tipo de tragos.
A dos metros de distancia de los tres hombres, había una gran mesa de pool, dos chicos jugaban tranquilamente y, en veces, se lanzaban breves miradas.
En aquella habitación no se escuchaba nada más que no fueran los vasos de cristal siendo movidos por el barman, o la irritante risita -para los chicos en la mesa- que soltaban las dos mujeres cuando sus amantes las tocaban.
Había pasado un mes, tan solo eso, y estar infiltrados se había convertido en la tarea más difícil y poco emocionante para aquellos chicos.
Incluso resultaba emocionante y peligroso ser los guardaespaldas de La Diabla.
Después de cinco rondas, ambos chicos se encontraban aburridos.
Xxx1: Mañana a primera hora vendrá el jefe.- La voz de un rubio rompió el abrumador silencio de la estadía. Era uno de los que tenía a una mujer en sus piernas, el otro era pelinegro.
Xxx2: ¿El jefe?- Cuestionó el pelinegro confundido.-¿Cuándo salió del país o de la ciudad? hace tres días lo vi aquí en "La Guarida".
El rubió dejó escapar una gran y escandalosa carcajada, la cual provocó que el barman lo mirara con fastidio, ese hombre era un amante del silencio.
Miró al pelinegro y enarcó una ceja.
Xxx1: ¿Aún no sabes, Felix?- Dijo.-Él no es el verdadero jefe, solo es un...doble.
Aquellas palabras automáticamente llamaron la atención de Charles y Marlon, levantaron bruscamente sus cabezas e, incluso, tal fue el sobresalto, que Marlon dejó caer una de las bolas que sostenía en sus manos.
El barman los miró con intensidad mientras seguía los movimientos del chico, quien se agachaba con lentitud para no dejar ver su nerviosismo.
Charles reprimió un bufido ante la torpez de su compañero; eso no era un juego, cualquier movimiento por más estúpido que fuera, podría delatarlos.
Xxx1: Estúpido.- Murmuró el rubio, obviamente dirigiéndose a Marlon.
Marlon: No. ¿Qué se supone que significa eso?- Inquirió, de nuevo, el pelinegro.
El tercero de ellos, quien no había hablado ni una sola vez, carraspeó llamando la atención de todos allí.
Aplastó su cigarrillo en el cenicero y de un trago se acabó el Vodka, una leve mueca se formó en sus labios al sentir el ardor en su garganta.
Xxx1: Largo de aquí, las dos.- Demandó, refiriéndose a las mujeres.
Ambas salieron sin protestar, aquel hombre no era juego, era asunto serio.
Bastaba con una sola mirada para que quisieras salir huyendo, sus brazos estaban tatudos hasta los hombros: serpientes, cuervos, calaberas, frases, etc. Incluso sus nudillos también estaban tatuados.
Tenía los ojos más oscuros y gélidos que alguna vez hayan existido, su cabello no se quedaba atrás, un impresionante color azabache.
Ni que decir de su imponente altura, un metro noventa y dos.
Su ronca y fuerte voz era un gran regaño aún si hablaba "tranquilamente". El rubio y su amigo -el otro pelinegro- protestaron mas al segundo se callaron ante la dura mirada del ojinegro.
Xxx1: Significa que Darlan no es el jefe de The Hell. Jamás lo ha sido, su trabajo es cubrir la identidad del verdadero encargado, quien supuestamente viene mañana para discutir unos asuntos.- Dijo el ojinegro, con un tono de aburrimiento extremo.
Marlon y Charles se miraron una vez más, ambos aturdidos ante semejante información; aquello realmente iba a ser un gran regalo para Jungkook. Ahora sí se ponía interesante.
Charles: Entonces...¿Quién es el verdadero jefe?- Se aventuró a preguntar, obligándose a eliminar cualquier temblor.
El ojinegro lo miró con dureza, lo pensó varios segundos para responder pues, los dos chicos acababan de unirse al bando y por muy confiables que hubiera dicho su distribuidor de drogas que era, aún no confiaba del todo.
De hecho, no confiaba ni en su propia sombra.
Xxx1:Nadie sabe...aún.- Respondió aún sin apartar sus ojos de Charles.
Felix: Escuché que no lleva mucho tiempo al mando, tampoco es como si fuera el heredero del bando. Todos sabemos que la única que puede tomar las riendas es la hija de Frank, eso hasta que cumpla los veintidós. El "jefe" quiere asesinarla antes de su cumpleaños, hasta que el último James muera, cualquiera puede postularse.- Agregó el rubio.
Xxx1: - El pelinegro rió.- Bueno, eso solo si el Consejo Supremo lo aprueba. Ya saben, ellos se encargan de dar el visto bueno, además, estarían acabando con el linaje James. ¿Acaso eso no está prohibido?
Felix: ¿Acabar con un linaje? sí, solo puedes acabar con uno si llevas ante el Consejo Supremo una prueba de traición. Hasta donde sé, la chica no se ha negado a aceptar el mando. Tan solo imagina todo el problema que surgirá si acaban con los James, es una de las familias más importantes en el mundo de la mafia. Recuerden que el padre de Frank por muchos años formó parte del Consejo Supremo.
Xxx1: Me vale mierda si firmé un puto contrato con The Hell, no pienso morir solo porque un estúpido quiere acabar con el linaje James.- Rugió el ojinegro.
Felix: A ti todo te vale mierda, Jackson .- Afirmó el rubio, causando una risa por parte del barman, quien agregó:
Jackson: El fin de The Hell se acerca, y para una gran parte de nosotros también. El linaje James, esté o no esté al mando, siempre estará protegido por Los Ancianos. Si la chica no quiere asumir su cargo, simplemente lo cede, asesinarla sería desatar el apocalipsis.
Sigan ~~~~
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Sin tiempo para morir (Narcotraficante Jeon Jungkook Libro I)
Misterio / SuspensoSexo, dinero, drogas... Eran las palabras acertadas para describir su mundo... Un mundo del que era dueño, Un mundo al que le temían las personas, Un mundo al que entre por accidente, Un mundo al que no pertenecía, Pero tampoco podría dejarlo...