Esclavas del destino (Lumelia)

Capítulo 3: Meet u in the battlefield

En las tierras británicas, la noticia se extendió como la pólvora. Fue durante una conferencia en la Imperial University of London cuando empezaron a viralizarse clips mostrando la devastación del terremoto y fragmentos de los informativos, el revuelo fue más que evidente, especialmente porque era una conferencia para la carrera de Medicina. Las invitadas de aquel día eran mundialmente conocidas tanto dentro como fuera del campo médico, no eran ni más ni menos que las hermanas Blight. Emira y Amelia Blight en carne y hueso, de treinta y veintiocho años respectivamente, fue después de su lesión tan grave que la menor decidió abandonar el terreno de juego y centrarse en la medicina para ayudar a la gente, dejando el trabajo a medio tiempo en una clínica privada universitaria para empezar a tiempo completo en uno de los mejores hospitales de Londres, Emira se especializaba en cirugía estética, mientras que Amity era neurocirujana.

Ambas hermanas estaban alistadas al voluntariado médico desde que un médico militar de la ONU les habló sobre las ventajas, labores y condiciones que se vivían en sus puestos de trabajo, sintiéndose inmediatamente atraídas para ayudar en situaciones totalmente catastróficas. La medicina no era solo un trabajo, era su vocación y su pasión por mejorar o salvar la vida de quienes las rodeaban.

—Damos por finalizada la conferencia. Debido a los sucesos tan trágicos, tenemos que cumplir con nuestro deber de voluntariadas médicas de la ONU e ir en cuanto antes para ayudar a los civiles y militares que necesiten de nuestros cuidados.

Los estudiantes se apartaron para dejarles un pasillo por el que pasar sin problemas, asombrados por su dedicación y profesionalidad, aspirando ser como ellas. Mientras que Emira llevaba su cabello rubio natural trenzado en una larga y espesa trenza de espiga, su hermana pequeña llevaba el cabello muy corto, un bob con undercut que combinaba el lila en su parte larga y el castaño natural que era visible en cuanto se recogía el cabello o lo colocaba tras sus orejas. Eldric las estaba esperando a la salida del auditorio, él no había estudiado Medicina, sino Ingeniería civil y de caminos, sus conocimientos también serían más que necesarios para avanzar por los escombros y rehabilitar zonas.

—Iremos en el jet privado, mamá y papá nos han autorizado y han empezado una colecta benéfica para ayudar —informó el mediano de los tres hermanos, con su cabello rubio perfectamente peinado en un tupé.

—Señores, vuestros padres me han pedido que os lleve al lugar de la catástrofe, suban al coche para ir al aeropuerto. —Quien hablaba era Hunter, el guardaespaldas de Eldric, también de treinta años y un soldado retirado.

Los Blight obedecieron, permaneciendo en un silencio absoluto mientras sus mentes no paraban quietas sobre cómo ser de ayuda, qué tan mal estaría todo, si realmente serían útiles o un estorbo. Ya habían hecho voluntariados internacionales, sin embargo, jamás habían tomado parte en una catástrofe de tales dimensiones. Estaban nerviosos y ansiosos, pero no dejarían que aquellas emociones boicoteasen su función. Hunter había preparado equipaje de mano para cada uno de ellos por petición de los progenitores e insistió en que descansasen, puesto que el viaje duraría al menos unas quince horas y llegarían agotados si no dormían.

El paisaje era desolador, casi apocalíptico, con una cantidad insana de polvo y gases en las capas bajas de la atmósfera ya que el temblor había causado fugas en ciertos puntos de los gaseoductos, destrozado calderas, depósitos de combustible y lo había sumido todo en escombros, de tal forma que en ciertas zonas el cielo parecía ser de hormigón. En cuanto bajaron del jet les facilitaron mascarillas y, al identificarse, los miembros allí presentes comenzaron a repartir tareas. Según se escuchaba, parte del ejército de América había llegado horas atrás y ya habían comenzado las labores de desactivación de explosión y de rescate.

Las hermanas fueron asignadas a un hospital de campaña para tratar a los heridos y operar si fuese necesario, montando turnos y guardias para asegurarse de que la evolución era progresiva y positiva; Eldric por su parte, fue escoltado hasta una de las divisiones de los cascos azules para interpretar los planos e idear rutas seguras sin riesgo de derrumbamiento por las que rescatar a los civiles, teniendo acceso a grutas con explosiones controladas y derrumbando pilares maestros.