Se había quedado dormida y ya estaban llegando a su precioso y pequeño pueblo. Había quedado con sus amigas a las galerías, donde no había mucha gente. A su família le venía de camino para subir a casa y así la dejaban a ella tranquila hasta las 11, que era la hora que habían acordado con sus padres que volvería a casa. Sus padres la dejaron justo delante de las galerías y, Paula, Marta y Maya, al verla, saltaron a sus brazos contentisimas de verla por fin. Después de los besos y abrazos entraron al edificio de las galerías y se sentaron en el principio de las escaleras, donde estaban sentados dos chicos que no conocía de mucho. Max y Alvarez. Los dos tenían 16 años, Max le parecía simpático sólo se habían visto 2 veces, tenía el pelo corto y negro, llevaba el mismo peinado que Marco. A Albarez solo le había visto una vez y fue durante muy poco tiempo, pero él a diferencia del otro le parecía un poco raro, más de lo que lo era ella. Llevaba una barba de 2 días, unos ojos verdes y un peinado de pelo largo. Se acercó a ellos y con educación les dió dos besos a cada uno. Eran más altos de lo que recordaba.
- Estamos jugando al " Yo nunca..."- Dijo Paula poniéndola al día.
- ¿Y de qué va eso? -
- Dices una cosa que nunca has hecho y si los demás sí que lo han hecho tienen que beber un trago de eso que llevan ahí.- Dijo Maya señalando lo que tenía Max entre las manos.
- ¿Y eso que és?- Preguntó Lura.
- Vodka - Respondió Marta
- Vale me toca. - Empezó Alvarez.- Yo nunca me lo he hecho con nadie. - Después de pronunciar esas palabras Max levantó la botella y le dió un trago. Las tres chicas se quedaron paradas. Era mejor no imaginarse esa escena. Después de ese trago se oyeron unos pasos que venían de la otra punta de las galerías. Esos pasos se acercaban cada vez más. Hasta que esa persona se quedó delante de ese grupo de jóvenes. Era alta, con pelo castaño, largo y un poco ondulado, con unos pantalones ajustados de marca Holister, una camiseta de tirantes azul claro, también ajustada, con un gran escote y una chaqueta tejana que le cubría del poco frío que hacía. Era Martina. Laura saltó a los brazos de su alta amiga y ella la abrazó y soltó un grito agudo que dejó a Laura un poco aturdida.
- Andrea dice que vayamos a la plaza del ayuntamiento que va a empezar el festival de Flaixbac.
- ¡Yo no me lo quiero perder por nada en el mundo!- Dijo Laura poniendo al lado de Martina.
- Pues vamos. - Dijo Maya poniéndose de pie al lado de sus dos amigas. De ese modo consiguió que Paula y Marta también se levantasen, así que por no quedar mal Alvarez y Max las imitaron. Al llegar allí Andrea les estaba esperando sentada en un banco, con uno de sus muchos vestidos. Ese era blanco, con flores y un cinturón rojo. Su pelo rojo y largo recogido con una media cola que le dejaba el flequillo caerse un poco más abajo de sus cejas. Llevaba unos botines de color marrón, claro que le quedaban estupendamente con el conjunto que había elegido para esa noche. Laura envidiaba la manera de vestir de Andrea, era muy original y todo lo que se ponía le quedaba perfecto. A Andrea no le molestaba demasiado lo que la gente pudiese decir de ella. Tenía un carácter fuerte, y no tenía pelos en la lengua. Al lado de Andrea estaba sentado un chico rubio, con el pelo un poco largo, no se le podía ver la cara desde donde estaba Laura porque el chico les daba la espalda. Andrea, al verlos, se fue directa a saludarlos, como a Martina la había visto hacía unos minutos pasó de ella y fué directamente a los brazos de Laura. Eran amigas de la infancia, habían ido juntas a la guardería y al colegio, pero al llegar al instituto se separaron. Andrea al apartar la cabeza de delante de Laura le dejó ver la cara de ese misterioso chico que andaba despacio y tímidamente hacia ellas. Tenía los ojos azules y una sonrisa tímida. Tenía el pelo más rubio que Laura había visto nunca junto a un rostro perfecto, y era un poco más alto que Laura. Era el chico más guapo que había visto en toda su vida.
- Os presento a Frider, es alemán pero tiene una casa aquí.- Dijo Andrea entusiasmada.
- Encantado.- Dijo él acercándose a Laura para darle un beso en cada mejilla. Ella al ver que el rostro de ese chico tan guapo se acercaba se sonrojó en cuestión de segundos. Dos besos sonaron, y después les tocó a sus amigas.
- ¡Eo Eo Eo! ¿Estais preparados por una fiesta a lo grande? - Esa frase resonó por toda la plaza del ayuntamiento. Era Carles Perez. Segun Laura el tio más guai del mundo.
- ¡Sí! - Gritó Martina con todas sus fuerzas levantando el brazo junto a todos los demás adolescentes que estaban delante del escenario.
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Hope
Teen FictionLaura, una simple chica de 14 años, orgullosa de ser friki, descubre que el mundo no es ten fácil como ella se imaginava. Ella intenta plantearse la vida con buena cara. Conocerá su verdadero amor, pero también el rechazo. Conocerá la verdadera ami...