Hope

Capítulo 10

Laura estaba paralizada no se podía quitar de la cabeza esa imagen que acababa de ver. Su amiga, de rodillas, con ropa interior, delante de un chico, desnudo. Martina sólo tenía 14 años, vale que hay chicas que ya lo hacen a los 12, pero no era el caso de ninguna chica que Laura conocía. Alex, al girar la cabeza se dió cuenta de que cinco chicas que apenas conocía, se habían quedada paralizadas al ver lo que Martian le estaba haciendo. Y, con rapidez, Alex cogió una de las mantas del sofá para tapar su cuerpo desnudo, luego, cogió su ropa y se puso a correr en direccion a la puerta para salir de esa casa donde, aparte de dejarse los calcetines, se dejó la dignitad. Pasó corriendo por el lado de Laura que aún no podía dejar de pensar en esa sucia imagen. Alex abrió la puerta con agilidad y salió disparado de esa casa.
- ¿Pero en qué estabas pensando?- Gritó Maya.
- ¿Habeis visto algo?- Respondió Martina preocupada.
- ¿Alex se ha aprovechado de ti lo entiendes? - Protestó Paula.
- Pero si él es una buena persona.
- No me lo puedo creer, encima lo defiendes. Me estoy agobiando. Laura, ayudame a sentar a Patri. - Después de escuchar esas palabras, Laura consiguió volver a la realidad e hizo lo que su amiga le había pedido.
- Martina vete a vestir. - Le ordenó Marta. Esta, obedeció. Pero al querer subir el
primer peldaño de la escalera casi cae al suelo de lo borracha que estaba. Así que Laura la acompañó arriba para que se pudiese cambiar sin riesgo a que se hiciese daño.
- ¿Tú sabías lo que estabas haciendo?- Preguntó Laura mientras esperaba girada a que Martina se cambiase.
- ¿Cuando?- Preguntó Martina inocente por culpa del alcohol.
- ¿Como que cuando? Pues ahora, con Alex.
- Ah. Si supongo. ¿Sabes que en parte me ha obligado? Estábamos charlando y me ha dicho; ¿Ei, queres hacer algo divertido? Y yo he dicho; Pues vale. Y entonces se ha bajado los pantalones y los calzoncillos y me ha dicho; Es tan guay como en las pelis.- La pobre Laura estaba desfasada. No podía creer lo que su amiga le estaba contando. Ella sabía que era verdad todo lo que le estaba contando, porque, Martina, borracha, nunca miente.