Capítulo 19

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Laura estaba en el baño, lavándose los dientes, cuando su teléfono empezó a sonar. Lo cogió lo más rápido que pudo para no despertar a nadie.

- ¿Sí?- Susurró

- Hola, soy yo, Iván. ¿Me puedes abrir la puerta? -

- ¿Que? ¿la puerta?- Repitió ella desconcertada.

- Sí, estoy fuera. -

- Sí, sí, claro, ya va. - contestó. Cogió las llaves de la puerta, y abrió intentando hacer el mínimo ruido posible. Laura aún estaba borracha, pero era consciente de lo que pasaba a su alrededor. Iván la esperaba al final de las escaleras, ella dejó la puerta entreabierta, bajó las escaleras y se quedó en el último peldaño para estar a la atura de Iván. Estaban a pocos centímetros, pero Iván no retrocedió. Le gustaba estar cerca de ella, le gustaba mirarla a esos grandes ojos azules, y sentir su respiración.

- ¿Por qué has venido? - Preguntó en voz baja.

- Te echaba de menos. Además no hemos decidido que hacemos.-

- No se si deberíamos. Piensa que seremos família.-

- Pero de momento no lo somos.- Iván se abalanzó a los labios de Laura y le robó un largo beso. Al separarse, él la miraba con deseo. Tenía ganas de volver a besarla. Laura también quería salir con ese chico, pero no debían complicar las cosas. Estaba callada, se había colapsado. Alomejor Iván solo decía esas cosas porque estaba borracho. Tenía la mirada fija en el suelo. Pero la mano de Iván la levantó suavemente la barbilla de Laura y sus labios se juntaron de nuevo. Pero el beso que le dió Iván no fué un simple beso, era un beso apasionado, como si él le hubiera leído la mente y se estuviera despidiendo de ella. Laura sintió un escalofrío por todo el cuerpo. No quería que Iván se marchara. Se despegaron durante unos instantes, pero a Laura se le hizo eterno. Lo rodeó con sus brazos y sus cuerpos se juntaron, Laura se acercó poco a poco a Iván y le susurró. - Me gustas, me gustas mucho. Sus labios se volvieron a unir, pero Iván empezó a darle besos por la mejilla, y empezó a bajar hasta llegar al cuello, luego posó sus manos en la cintura de Laura, hábilmente consiguió ponerlas entre la espalda de Laura y su camisa de dormir. Las fue subiendo hasta llegar a la altura del sujetador. Pero en ese instante una de las luces de la casa se encendió. Iván se separó rápidamente de Laura, ella le agarró la mano y lo arrastró hasta la pared y así nadie les podría ver.

- Creo que deverias irte. - Dijo Laura con el corazón en un puño.

- Vale, ¿pero mañana nos veremos? -

- No lo se. Pero tienes que irte, ahora. - La respuesta de Laura fue contundente. Pero Iván no se quería dar por vencido. Le dió un beso de despedida y se fue.

A la mañana siguiente, Laura se despertó con el sonido de su móvil. El que le llamaba era Frider. Cogió el móvil con desconfianza y descolgó

- ¿Hola?-

- Hola soy Frider. ¿Te acuerdas? -

- Sí sí, claro. - Respondió aún dormida.

- Dejamos nuestras cosas a medias. Me gustaría volver a verte.-

- Pues serà un poco difícil. Estoy en Palamós. -

- Pues que sepas que no me rendire. Te seguiré llamando hasta que quieras quedar. - Ese comentario le arrancó la primera sonrisa del dia a Laura.

- Estaré esperando cada llamada. - Después de esa frase colgó el teléfono, y se volvió a estirar. Cerró los ojos, y deseó estar al lado de Iván, pero la cabeza se le inundó de malos pensamientos. Más que pensamientos eran preguntas sin respuesta. "¿I si lo que pasó anoche era cosa del alcohol? ¿ I si Iván solo estaba con ella solo por tener un rollo de verano? ¿I si lo que fuese que tuvieran durase mucho, como se lo dirían a sus padres? ¿Cómo podrían guardar un secreto así a su família?"

- Laura, ¿qué pasó ayer por la noche? ¿Estabas fuera?-

- Iván vino a verme. - Respondió sin abrir los ojos. Marta se incorporó y miró fijamente a Laura, esta abrió un ojo y al ver la cara de Marta, se incorporó para explicarle todo lo que pasó.

- ¿Pero, el solo quiere lío, o de verdad està enamorado de tí? - Laura bajó la mirada, tragó saliva y respondió un simple " No lo se".

Laura y Marta subieron para desayunar, en la cocina reinaba el silencio, solo se sentía el ruido de las dos chicas masticar.

- Buenos días. - El padre de Laura entró en la cocina. - Hoy iremos en barca a una cala muy bonita, y vendrán Maite, Iván y Jordan. - Al oír esos nombres, las dos chicas pararon automáticamente de comer, se quedaron paradas. - Hemos quedado a las 11, así que solo tenéis media hora para acabar de desayunar y vestiros. Espabilad. - Al acabar de la frase salió de la cocina dejando a las dos chicas con la mirada perdida.

- Vale, no nos alertemos. - Dijo Marta al recobrar la consciencia.

- ¿No nos alertemos? ¿Que hare? ¿Como voy a estar tranquila? ¿Como voy a mirarle a los ojos sin sentir nada? -

- No le mires a los ojos. - Respondió marta.

- No es tan fácil, bueno tu tampoco lo tienes demasiado fácil. - Dijo Laura.

- Ya, espero que Jordan no haga ninguna locura. -

Después del corto viaje en coche llegaron al puerto donde el tío se Laura les estaba esperando.

- Os presento mi barco. - Dijo al verlos llegar.

- Uau, es enorme, que guapo. - Dijo el padre de Laura. Las dos chicas se quedaron delante del barco, pero no miraban lo bonito que era, sinó quien estaba dentro. Las dos savían que tenían que disimular. Así que lo hicieron lo mejor que pudieron.

- Hola. - Dijo Laura para saludar a su futura tía. Con una sonrisa en la cara se dirigió a ella para darle dos besos. A su lado estaban Iván y Jordan, y con ellos hizo lo mismo. Un beso en cada mejilla, esos besos fueron fríos y distantes. El hermano pequeño de Laura tenía una sonrisa de oreja a oreja, tenía muchísimas ganas de navegar. Al parecer, Iván y Pol se llevaban bien. Los cuatro adolescentes junto al hermano de Laura se pusieron en la parte de delante del barco para ver romper las olas.

- Laura, ven. - Iván le hizo un gesto a Laura para que se acercara a la punta del barco, junto a él. Iván tenía las piernas colgando del borde, él estaba sentado en el lado derecho, casi a la punta. Laura se acercó con ayuda de las barandillas de seguridad. Al llegar a la altura de Iván, él extendió el brazo para ayudarla. Laura se agarró a él con fuerza y consiguió ponerse como Iván le había indicado. En ese momento se sintió en el mejor sitio del mundo. El viento, la velocidad, las olas, todo eso hizo que se olvidara de todos sus problemas. Con los ojos cerrados su imaginación empezó a volar, todo eran buenos pensamientos, cada ola que se rompía bajo sus pies, le salpicaba sus piernas desnudas, y se le escapaba una sonrisa. Iván la contemplaba hipnotizado por esa media sonrisa.

El motor de la barca bajó de potencia, hasta que se paró del todo.

- Ya hemos llegado. - Anunció el capitán. - Chicos levad anclas. - Ordenó.

Después de unas maniobras, Laura y Marta se tiraron al agua con los pies de pato y las gafas para ver el fondo del mar. Iván y Jordan hicieron lo mismo, mientras el hermano de Laura se quedó nadando cerca de la barca.

- Iván y yo conocemos un lugar donde hay muchos peces y estrellas. - Dijo Jordan poniéndose delante de las dos chicas para cerrarles el paso. Después de ver la cara de afirmación de las dos chicas, volvió a poner la cabeza bajo el agua y empezó a nadar. Sin decir nada las dos chicas siguieron a Jordan, y detrás de ellas iba Iván. Laura estaba encantada con el fondo del mar, todo lo que veía le parecía espectacular, la variedad de peces, las formas raras de las rocas, las algas, las caracolas, todo le parecía alucinante.   


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