Capítulo 11

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Al abrir los ojos, vió a su amiga, sentada, estaba mirando el móvil. Al girar la cabeza se dió cuenta de que Martina se había caído de la cama porque Paula se había apoderado de su espacio. Marta continuaba dormida a su lado, parecía que estaba teniendo un sueño muy feliz.

Un sonido agudo rompió la armonía que inundaba esa habitación e hizo que Paula se despertara de golpe.

- ¿Qué es esto? - Dijo Paula con voz de dormida.

- Es el móvil de Marta. - Dijo Laura.

- ¡Marta! ¡Marta! ¡Haz que pare este ruído! Marta no se movía, así que Maya se levantó y apagó la alarma. Paula mientras se hacía un moño con su largo y abundante pelo negro, se fijó en que ya eran las 12 de la mañana. Si esque se puede considerar mañana.

- ¿Porqué es tan tarde? ¿A que hora nos fuimos a dormir? - Preguntó desconcertada.

- ¿No te acuerdas de nada? - Paula negó con la cabeza con miedo a lo que le pudieran decir.

- Pues después de encontrar a Martina haciendo cositas, tu te pasaste con el alcohol y las únicas que no habíamos bebido decidimos venir a casa de Laura para poder dormir, pero por el camino no encontramos a Andrea y os convenció para volver a la fiesta. Al cabo de una hora conseguimos sacaros de ahí a rastras y llegar a casa de Laura. Montamos las camas para poder dormir y vimos un poco la tele y al cabo de diez minutos vosotras ya estabais durmiendo.

- ¿Todo eso pasó y yo no me e enterado? - Paula, desconcertada no podía creer que no se acordaba de nada.

- Ya te he dicho que te pasaste con el alcohol. - Repitió Maya.

- Hoy es el ultimo dia de fiesta. Tenemos que aprovecharlo. - Dijo Laura. - Yo, mañana, me vuelvo a ir. No os lo he dicho antes porque no quería que os preocupárais.

- ¿Pero porqué te vas? - Preguntó Paula indignada.

- Mis padres trabajan durante estas últimas tres semanas de verano y no me puedo quedar aquí sola con mi hermano, así que nos vamos mañana por la mañana a casa de mi abuela. - Laura había estado todo el verano deseando pasar unos días con sus amigas pero eso se había acabado. Sus padres, al volver de su casa de la montaña, le habían dicho que aprovechara ese día. Solo había estado un solo día con ellas. Un maldito día. Y ya se tenía que ir.

- ¡Pues vamos a aprovecharlo al máximo! - Gritó Maya haciendo que Marta se despertara al fin.

- ¿Qué es lo que vamos a aprovechar? - Preguntó abriendo su ojo derecho.

- Es el último día de Laura aquí, por eso tenemos que hacer lo posible para que se lo pase bien antes de marcharse a casa de su abuela mañana por la mañana.

- Espera a que desayune y ya nos podemos divertir una noche más. - Laura, aprovechando que sus padres y su hermano no iban a estar en todo el día, hizo que sus amigas se quedaron a comer. Pasaron una mañana perfecta. Estaban tomando el sol, bañándose a la piscina y hablando de las cosas que les habían pasado durante ese verano. Laura les explicó todo lo que pensaba de Victor de su hermano de lo que le había dicho, y de lo que le gustaría que pasase. Todas sus amigas escuchaban atentas y opinaban sobre lo que tenía que hacer al respecto.

- Yo creo que tienes que dejarlo y a por otra cosa mariposa. - Opinó Paula mientras le ponía crema de sol a Marta.

- Pués yo creo que tienes que echarle lo que ya sabes para poder ser su novia, o al menos liarte con el. - Martina, al decir esas palabras se puso los cascos y se sumergió en un mundo de fantasía.

- Tu ya sabes lo que te digo al respecto. - Concluyó Maya. - ¿Y ahora podemos hacer la comida? - Preguntó impaciente. Era la cuarta vez que lo repetía. Pero esta vez Laura la acompañó a la cocina y les pidió a las demás que pusieran la masa. Después de comer una ensalada de pasta, se tomaron un helado y decidieron que por la noche irían al pueblo para verse con Andrea y poder disfrutar de los fuegos artificiales. Al llegar a la plaza ya eran las ocho de la noche, y Andrea intentaba convencer a Laura para ir a casa de Frider a ver los fuegos artificiales. Su casa estaba en el centro del pueblo y según la descripción que le dió su amiga era un piso rústico, con terraza para poder ver los fuegos artificiales del final de la fiesta.

- Venga Laura, él me dijo que se enamoró de tí justo en el momento en que te vió, Dijo que fué amor a primera vista.

- Pero si solo nos hemos visto una vez en la vida, y fue durante 2 horas.

- ¿Sabes que el amor a primera vista existe no?

- Hola. - Dijo Frider acercándose a las dos chicas. - ¿Vamos a mi casa? - Laura no podía contestar que no a ese chico tan guapo y perfectamente peinado.

- Sí. - Acabó por contestar Laura. Andrea ya sabía que Laura acabaría por ceder. De camino a casa de Frider, Laura tuvo el tiempo para enviar un mensaje a Maya diciéndole que estaría en casa de Frider, y que sentía no estar allí para ver los fuegos artificiales con ellas. Llegaron al portal de su casa y les abrió la puerta, y como un caballero les dejó pasar. Después de subir unas escaleras de caracol llegaron a una puerta de madera, al abrirla se podía ver todo el pueblo. Se veían todas las diminutas lucecitas que hacían de ese lugar un sitio maravilloso. Laura notó que su corazón seaceleró, nunca antes un chico le había invitado a un sitio bonito. Laura se asomó al borde de la terraza para poder ver la gente que pasaba por las calles. Ese sitio era especial, era como saber lo que la gente hace sin ser descubierto, era como un pequeño secreto. Los fuegos artificiales estaban apunto de empezar. Frider cada vez estaba mas cerca de Laura pero ella no se daba cuenta. Estaba demasiado distraida viendo la gente pasar.

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