Voluntad || Bakugou y Tú

『Capítulo 15』

T/N

¿Tenerme de nuevo en su territorio?

El se quedaría comiendo peras si creía que yo iba a volver.

-.Bien, yo regreso a mi despacho. Si nos iremos en dos días, tengo que dejar muchas cosas en orden.- 

Después de que emperador se sumergiera en su despacho y la emperatriz se despidiera de nosotros, excusándose con la intención de seguir con su agenda diaria.

En cuanto a nosotros...

-.Lo mejor será que preparemos las maletas con anticipación.-

-.Creo que está utilizando la gramática equivocada majestad.-

-.Mmm... no. Estoy seguro que use bien el plural. O Acaso ¿Vas a decirme que no te daría mucho gusto pasar y ver a tu familia?.-

-.Sabe muy bien que si, pero.-

- .Si lo dices por el. Yo mismo acabo de comprobar lo que me has contado hasta ahora. De cualquier forma que nos acompañes o no, es un asunto que no está a discusión. Vendrás con nosotros, así que si no lo haces tú, mandaré a alguien a que prepare tu maleta.-

-.Muy bien. Arreglaré la maleta cuando termine de redactar el documento.-

En eso se parecía a su padre. Sabían cómo persuadir a la gente, de alguna forma y otra pero lo conseguían.

Y tal como lo habían acordado, dos días después me encontraba en un carruaje junto al emperador y su familia cruzando la frontera para entrar en el territorio que durante la mayor parte de mi vida había sido mi hogar.

Después de haber avanzado unas cuantas millas, las primeras manchas en el paisaje constaban de unas cuantas casas, las cuales comenzaban a verse más y más agrupadas hasta que con solo asomar por la ventanilla del carruaje veíamos la gran aglomeración de gente en las calles, el ruido de un ambiente activo al medio día.

Estábamos observando lo que era un día normal en Palliem.

El carruaje se detuvo en la entrada principal frente a la escalinata de palacio, dónde observamos la presencia de una persona esperándonos a los pies de esta.

Fue bastante evidente su impresión al ver a la familia imperial o siendo precisos, al emperador.

-.B-bienvenidos majestades. M-me temo que no esperábamos recibirlos hasta dentro de unas horas más.- Anuncio uno de los lacayos del rey con el nerviosismo brotándole hasta por los poros.

Bueno, esa reacción era algo común cuando alguien conocía a por primera vez al emperador. Daba una impresión algo intimidan te.

-.Tengo cierta preferencia por ser puntual en mis compromisos. De cualquier forma ¿Existe algún inconveniente con nuestra llegada?.-

-.P-por supuesto que no. Adelante por favor.-

El sirviente nos guío hasta el salón principal. Un gran número de personal yendo de un lugar a otro y desde arriba, en el palco central se hallaba la reina dirigiendo cada movimiento en los empleados mientras el rey se encargaba de revisar ciertos papeles en sus manos, dejándolos de lado en el momento que reparó en nuestra presencia y ambos se dispusieron a bajar las escaleras para encontrarse frente a nosotros.