Voluntad || Bakugou y Tú

『Capítulo 19』

Bakugou

—Buenos días, hijo.

Escuche a mis padres apenas cruce la entrada del comedor con Kirishima siguiéndome los pasos.

—Buenos días —Respondí con una voz áspera y ronca. Tomando asiento, apoye mis codos sobre la mesa, acunando mi rostro entre mis manos.

Anoche terminé acostado en mi cama hasta las tres de la mañana. Normalmente eso no hubiera sido un problema, pero después de entrar en mi habitación, no pude cerrar los ojos, para donde sea que girara en mi cama, terminaba viendo para el mismo lado, hacia la mesa junto a mi cama donde había dejado el broche que ella me dio anoche.

Alce la vista y ellos no despegaban sus ojos de mi, sus caras no borraban una sonrisas que en cierto modo me hacían sentir extraño.

—¿Por qué me ven así?

—Tu padre y yo, felicitarte y reconocer el gran trabajo que hiciste ayer en el festival. No sabes cuánto apreciamos que lo hayas intentado y por fin comiences a darle importancia a tus deberes.

—Lograste causar una nueva impresión en las personas del pueblo, una bastante positiva, según lo que hemos visto —Dobló el periódico, haciéndolo a un lado sobre la mesa.

—Justo por eso queremos darte algo, como algún tipo de motivación o recompensa, si así quieres verlo. Esperamos que sigas teniendo el mismo desempeño en los siguientes eventos que requerirán tu presencia.

—Puedes pedirnos alguna cosa que desees —Dijo mi madre, dándole un sorbo a la taza que tenia en la mano.

—¿Lo que yo desee?

—Bueno, tampoco quieras aprovecharte de esto; mientras esté en nuestras manos la posibilidad de dártelo, veremos que podemos hacer.

—Lo voy a pensar.

—Lamentamos la tardanza.

Vi a la emperatriz y su esposo entrar en la habitación y tomar asiento al costado de mis padres.

Después de todo el tiempo que esta familia llevaba quedándose aquí, ya era una costumbre ver a su hijito llegar detrás de ellos, sentarse a mi lado y T/N a mi otro lado. Lo que me desconcertó fue no ver ni a uno ni a otro pasar por esa puerta.

—No se preocupen —Respondió mi madre —, están por traer el desayuno.

—¿Dónde están los demás? —Cuestione mirando a la pareja. No necesité ser más explícito, con solo ver sus caras, era obvio que saben a quienes me refería.

—No lo sabemos —Contestaron mirándose entre sí para luego mirarme a mí —, Shoto se levantó muy temprano esta mañana, apenas nos avisó que saldría, pero no nos dijo a donde.

Me gire hacia el pelirrojo, esperando a que contestara la pregunta. De todos aquí, si ellos no sabían donde estaban, este si debía saberlo.

Pero nada, solo alzo los hombros, negando con la cabeza.

Ya está.

—Tenemos que irnos —Avise, levantándome de mi silla.

—¿No vas a desayunar?

—Comeré algo en el pueblo. Vámonos —Le ordené a Kirishima.

Regrese a mi habitación y tome una capa del armario, colocándola sobre mis hombros. Antes de tirarme en la cama anoche, solo me había quitado la parte de arriba de lo que llevaba puesto, los mismos pantalones, las mismas botas y la misma camisa blanca con mangas holgadas que llevaba bajo la chaqueta era con lo único que dormí la noche anterior, con lo que había bajado a desayunar y ahora, era con lo que saldría a buscar a ese par.