『Capítulo 05』

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Como anhelaba que llegara mi día libre, trabajar en el palacio imperial significaba un encierro la mayor parte del tiempo así que es gratificante volver a pisar el exterior. En cierta manera extrañaba el ajetreo del pueblo, era muy diferente al del palacio en mas de una forma. 

Regrese a casa de mis padres, les alegro saber que me fuera relativamente bien en el trabajo, si omitíamos algunas cosas claro.

-.T/N, ¿Podemos llevar panecillos para el postre?.- Fui a la plaza a conseguir algunas cosas que faltaban para la cena trayendo conmigo a mi hermanita y sin duda aprovecho el viaje para tratar de convencerme de conseguir algo dulce para después. 

-.No lo se, ¿prometes terminarte todo lo de tu plato?.- 

-.Lo prometo.-

-.¿Incluso las zanahorias?.- En ese momento su emoción pareció congelarse le en el rostro, la conocía perfectamente como para saber que esa era la manera de hacerla flaquear y no la culpaba, yo también pase por eso cuando me chantajeaban con terminarme las patatas de mi plato -.Entonces no creo que poda...-

-.Esta bien me comeré las zanahorias.- 

-.¿Los guisantes también?.- 

-.Eso no era parte del trato.- 

-.Bien con las zanahorias me basta por ahora.- Pasamos por la panadería a conseguir los panecillos que quería, no siempre podíamos darnos estos lujos pero de vez en cuando no estaba mal hacerlo. 

Regresábamos a casa con unas cuantas bolsas en brazos, era tierno ver como intentaba cargar una bolsa casi tan grande como ella no fue hasta que un par de niños paso corriendo como una estampida que escuche el llanto de mi hermana en el suelo. 

Dejando las bolsas a un lado la ayude a ponerse nuevamente de pie viendo como tenía una de sus rodillas raspadas, no era tan grave pero para una pequeña de 4 años era justificable el llanto. Seque sus lágrimas no sin antes mirar como esos niños nos observaban mientras se reían a carcajadas de su muy reciente logro. 

-.Odio a esos niños presumidos.- Era algo conflictivo oír decir a mi hermanita esas palabras pero en cierta parte compartía ese sentimiento por ese tipo de personas.

-.Eres muy pequeña para usar esa palabra.- Saque un pequeño pañuelo para cubrir la herida -.¿Puedes caminar bien?.- Asintió intentando dar los primeros pasos pero sabia que el dolor no se iría así como así de un segundo para otro. 

-.Mejor ni siquiera lo intentes.- Una voz no tan ajena me hizo dar un salto, no esperaba escucharla hoy y mucho menos aquí. 

Otra sorpresa fue verlo tomar a mi hermana y subirla sobre sus hombros, estoy completamente segura que esto no es normal. 

-.¿Que esta haciendo aquí?.- 

-.Puedo salir a caminar cuando yo quiera.- ... -.Toma tus cosas y vámonos.- 

-.¿A donde?.- 

-.A tu casa, ¿Dónde mas?.- 

Tener este tipo de encuentros ya se estaba volviendo una costumbre y era raro. 

-.¿No cree que esta llamando mucho la atención?.- ... -.¿Acaso no tenía ropa algo más casual que pudiera ponerse?.- 

-.Esto es lo mas casual que tengo.- Vaya humildad, lo que estaba usando no tenía nada de casual.

-.¿Eres un príncipe?.-  Mi hermanita soltó la pregunta como si nada, veía en su rostro lo maravillada que estaba por ver a alguien tan parecido a los personajes de sus libros de cuentos. 

Voluntad || Bakugou y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora