『Capítulo 25』

383 51 5
                                    

No sabía qué decir. Eso último me había dejado tan desprevenida y desarmada que sentí la punta de mis orejas arder y la boca seca junto a un fuerte tamborileo en mi pecho.

La sensación duró poco cuando un trío de adolescentes pasó corriendo tan cerca de mí que uno de ellos atinó un codazo a mi costado haciéndome trastabillar.

Note su mano en mi espalda y otra tomándome por la cintura a la vez que recuperaba el equilibrio.

—Mocosos —Escuche murmurar entre dientes.

—Usted también fue así. Pero no se preocupe, estoy bien —Mire en la dirección en la que se fueron —. ¿A dónde irán con tanta prisa?

—No lo sé y no me interesa.

—¿Por qué no? Mire —Bastante gente llevaba el mismo curso que ellos —, debe ser algo interesante si se está reuniendo tanta gente. ¿Acaso no fue para esto a lo que vinimos aquí, para divertirnos?

Era eso y en parte trataba de hacer cualquier cosa para ayudar a que mi corazón recuperara su ritmo normal.

—Tu ganas.

No dio un paso sin antes pasar su brazo por encima de mis hombros y acercarme lo más que pudo a su cuerpo.

—Así no tropezaran contigo otra vez.

Seguimos el tumulto de gente para encontrar a todos aglomerados alrededor de una gran plataforma de madera con dos troncos cada uno a contra esquina y una gran pizarra llena de apuestas.

Se veía que estas peleas eran distintas a las exhibiciones que realizaba la guardia real en durante los festivales en Paillem. Mientras que allá solo participaban miembros entrenados de la guardia aquí lo hacen gente común, en tanto allá batallaban usando armamento enfundado, estas personas lo hacían a puño limpio. Incluso tuve que hacerme a un lado cuando el cuerpo de uno de los peleadores casi me cae encima.

—¿Así eran las peleas en las que participaba?

—Eran parecidas, a pesar de que se ve que aquí no hay tanta peste a sudor, tipos cometiendo la estupidez de apuntarse a las peleas estando ebrios, las mujeres que están aquí no vienen de algún prostíbulo buscando clientes... y se ve que aquí sí tienen reglas, bueno, masomenos.

Los dos nos centramos en el tipo a nuestro lado intentaba ponerse de pie.

—¡¿Quién de ustedes se atreve a retar al campeón en un todo o nada?!

—Si que es una gran cantidad de dinero —Analize el tablón —. Tres sacos de monedas.

—Solía ganar más que eso y no tenía que destronar a alguien de un título para hacerlo.

—Entonces no tendrás problemas en subir aquí y demostrarlo.

El tipo se encontraba de pie a orillas de la tarima, observándonos como seres inferiores desde arriba, creyendo ser algún tipo de dios invencible.

—No vine aquí a pelear, por si no lo has notado, tengo algo mucho más importante en lo que ocuparme que en patearte el culo.

—¿Crees que no valgo tu tiempo, niño bonito?

—Creeme, no lo vales.

¿Por qué a los hombres les gusta incitar peleas cada diez minutos sin razón?

—Entonces hagamos esto un poco más interesante. Una sola pelea, princesita; el título junto todo el dinero, por ella —Me señalo.

Genial, otro tipo con solo dos neuronas, las cuales parecen no logran hacer sinapsis para comprender la bocanada de idioteces que está diciendo en una sola frase.

Voluntad || Bakugou y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora