La última noche que te vi paseabas de la mano con ella, parecías más cansado y pequeño.
Me viste cruzar la calle principal podría haber jurado que tus pies se movieron hacia mi, pero como siempre, pudiste controlarlo todo, te aferraste una vez más a su mano, en ella yacía un brillante diamante y no se asimilaba en nada a la sortija de "amistad" que adornaba mi mano derecha.Sonreí, decepcionado por haber creído que en ti se podia confiar.
Aquella noche la brisa caía sobre mi espalda y el frío golpeaba mi rostro pero no tan fuerte como aquella mirada fría. Sabías esconder tan bien aquello que delataba nuestros encuentros en el callejón, ella no imaginaba los lugares que tus labios habían recorrido la noche anterior, ni que el nombre que escuchaba en tus "pesadillas" era el que anhelabas.Pudimos haber tenido el mejor de los finales y decidiste el peor de ellos.