26 Sep 2020

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Enredados entre telas blancas que simulaban
Las mareas más altas y acompañados de luces de vela, ambos dijimos cosas que pensamos eran mentira y cuestión de la bebida.

Nos acostumbramos a no hacer ruido.
A evitar lugares concurridos.
A evitarnos cuando ella estaba frente a nosotros.

En distintas versiones de la historia, dijiste que ella nada era para ti y te creí.

Me acostumbre a no hacer ruido.
A evitar lugares concurridos.
A evitarlos cuando estabas con ella.

Supuse que era parte de dejarme amar.
Enredada entre púas blancas y gotas de lluvia, me obligué a ver el escenario más hermoso, uno nunca antes visto, te permití estar bajo dos perspectivas, viviendo lo que más querías y algo a lo que estabas obligado.

Un día, decidiste evitar nuestros lugares.
Decidiste evitarme en lugares concurridos y cuando no estabas con ella, corrias a mi puerta con con la excusa de que ella nada era para ti.

Que fui para ti, si cuando estabas com ella decías que conmiho actuabas sin saber.
Pero horas más tarde en mi pierta volvías a aparecer y yo, creyendote te volvía a creer

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