Dijiste que estaría a salvo, que no habría que temer y con tus ojos esmeralda me hipnotizaste.
Pero no me advertiste que el camino a la ciudad esmeralda desconocías.
Esperaste días, para después matarme.
Dijiste que estaría a salvo y de nuevo me atrapaste, como el lobo que ha aprendido tácticas para comer en la cabaña.
como Alicia que sigue al conejo blanco sin importar el desastre.Esperaste días para matarme
Cuando pudiste haber dicho que solo te apetecía un bocado
y con tu sonrisa del gato morado
Demostraste que podías enamorarme
Solo para tener a alguien a tu lado.