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ALLISON DAVIS

Estaba contando nuevamente los ahorros que tenía guardados en mi closet. La universidad se llevaría casi la mitad de ellos, aunque mi plan era entrar con una beca, pero a estas alturas no creo que sea posible, el año esta terminando y es el definitivo. Estoy agobiada de ponerme a pensar en ello. Por otro lado, ya tuve mi primera cita y ha sido todo un viaje emocional, me ha dejado todo el día pensando y replanteándome toda mi existencia. Hoy tocaremos el tema de mi padre, puedo soportarlo.

Hoy quede con Alexis para salir a comer a un pequeño restaurante cerca. Teníamos mucho que contarnos. Me deslice la blusa negra por debajo del obligo, unos vaqueros negros y mis zapatos de confianza. Pase el cepillo en mi cabello, quitando los nudos de la coleta que había llevado al colegio. Me concentre en lo soleado que estaba el día, los árboles realmente se veían con un verde intenso. Acercándome al lugar vi a Alex sentada en el área al aire libre del sitio. Me acerqué con una pequeña sonrisa de saludo. Tomé asiento de frente a ella.

— ¿Me estás invitando a comer para recompensar lo que me hiciste pasar la noche de antes de ayer?

— Quizás. Aún no puedo creer que dije eso. — escondió su rostro entre sus manos, avergonzada volvió a verme sacando los ojos de su escondite.

— Temía que no iba a poder controlarme y lanzarme a él. Pero no lo hice. — dije lo último con orgullo en mi tono de voz.

— Seguramente él también lo deseaba.

— Lo dudo. Parecía más bien perdido. Supongo que no se esperaba tener que llevarte a mi casa. — le di una mirada de sentencia.

— Ya dije que lo siento. — sonrió.

El mesero se acercó a nosotras para entregarnos el largo menú. Tarde en decidirme, pero ordené una ensalada con pollo acompañado con una pequeña porción de arroz.

— Cierto. Quería contarte que encontraron al chico que había entrado a mi casa. — dijo comiendo de las papas de entrada que habíamos pedido.

— Ya era hora.

— Me hubiera puesto más feliz si mis cosas estuvieran de vuelta. — dijo entre dientes. Me reí ante su cara. — Por otro lado, mi madre me llamó furiosa está mañana. Estaba lavando mis dientes y me dijo maldiciones unas tras otras. Habían arrestado a su novio.

— ¿Qué?

— Hasta ahora pudieron arrestarlo, otra chica joven lo había denunciado, y con mi caso hicieron algo.

— Eso es increíble. Tú madre puede pudrirse. La quiero por tener a esta hermosa chica, pero que se pudra.

Callamos nuestras risas con vergüenza cuando nos entregaron nuestros platos. Hicimos silencio para poder comer.

De vuelta en el camino a casa recordé lo que realmente quería contarle con urgencia.

— Me acosté con Matt — dije al aire mientras caminamos. Ella se detuvo en seco.

— Allison — me detuve con ella.

— ¿Está tan mal? — ella preguntó al ver mi cara de vergüenza.

El Huésped [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora