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— ¡Allison si no te apuras te voy a dejar! — escuché gritar a Zayn desde abajo, puse los ojos en blanco

— ¡Haz lo que se te venga en gana! — grité como respuesta. No estaba dispuesta a dejar mi cama y la ciudad. Se que estoy sonando contradictoria con lo que había mencionado días atrás, pero en el momento de actuar me ha dado ansiedad ir tan lejos de casa, sin señal y sin gente cerca. ¿Qué tal si nos come un animal salvaje? ¿Si nos quedamos varados en medio de la carretera? ¿Y si nos quedamos sin comida? ¿Ya no hay gasolina? Maldición. Arizona puede ser peligroso a veces. Estoy en el borde de mi cama nerviosa jugando con mis dedos y mi pierna derecha no deja de moverse. De golpe mi puerta se abre y ahí estaba él con un gesto enfurecido en su rostro

— ¿Que acabas de decir? — dijo entre dientes. Me levanté de la cama.

— ¿Y sino volvemos nunca más? — dije caminando de izquierda a derecha con la respiración agitada.

— ¿De qué diablos hablas Allie? — me quedé en silencio mientras caminaba desesperada pensando en miles de maneras que podríamos morir. — ¿No era lo que querías? — no respondí por ser grosera, realmente estaba muy metida en mi cabeza. Los brazos de Zayn me detienen en seco tomándome por los hombros. — Mírame — mis ojos lo miraban por un segundo y volvían a cualquier otra parte de mi cuarto. — Allie, respira. Respira conmigo — tomó mi mano y la puso encima de su pecho, traté de seguirle la respiración hasta que por fin pude volver a la normalidad. Lo miré.

— Perdón — me suelta.

— No va a pasar nada malo, estaremos seguros. Y no, no nos comerá un animal salvaje, no nos quedaremos sin comida y no nos faltará gasolina. — lo miré como si le hubiera preguntado <¿lo dices en serio?>. Relaje mis hombros.

— ¿Lo prometes? — el asiente con una pequeña sonrisa.

— Te esperamos abajo — cierra la puerta y yo termino de cerrar la maleta. Respiré profundo por última vez y salí de mi cuarto. Bajé las escaleras y fui directo al auto donde estaba mi madre y Zayn. Me acomodé y me quedé en silencio casi la mitad de todo el camino hasta que Alexis me llama por teléfono.

Hola, ¿cómo les va por ahí? .

Creo que bien. ¿Tú? .

Perfecto, nosotros estamos casi llegando.

Nosotros todavía, estamos un poco lejos.

Bien, nos vemos allá.

Volví a mi cómodo silencio. De vez en cuando veía por el retrovisor de Zayn que me echaba miradas, creo que se aseguraba que no volviera a entrar en pánico otra vez.

Después de una larga siesta en la parte de atrás del coche mi madre me levanta.

— Llegamos cariño — me queje para luego levantarme. Desde dentro del auto puede ver la cabaña perfectamente, es como la imaginé. Los ánimos se apoderaron de mí y salí del coche para explorar la cabaña. Deje mi maleta en la entrada y me dispuse a ver los cuartos, ya decidí en cual me quedaría así que deje mis cosas ahí. Volví afuera donde estaban todo sentados en círculo rodeando la fogata que encenderemos en la noche.

Tenía hambre así que busque algo para comer en la cocina. Mientras comía de pie mirando el bosque a través de la pequeña ventada de la cocina Zayn se acerca

— ¿Todo bien?

— Todo bien. Es realmente lindo

— Era de mi padre — sentí que el pan se había quedado en medio de mi garganta cuando dijo eso.

— ¿Que? — me dio una pequeña sonrisa

— Me encantaba venir aquí. Atrás hay un jacuzzi — dijo emocionado. No sabía que contestar así que preferí terminar mi último trozo de croissant.

El Huésped [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora