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ALLISON DAVIS

Hubiera seguido durmiendo, pero hay ruidos abajo que no me dejan dormir una mierda. Mi madre limpiando lo más seguro. Bostecé para luego mirar la hora 2:03pm ¿ya es de tarde?, no tengo razones para bajar y reclamarle el ruido ya que diría que ya no son horas de dormir. Tome una ducha, lave mis dientes. Busque en mi armario unos pantalones deportivos, unos tenis también deportivos y un top negro. De vez en cuando salgo a correr los sábados por la mañana, hoy se hizo un poco tarde pero igualmente aprovecharé la tarde.

Desconecté el teléfono del cargador, tomé los audífonos y puse mi cabello en una coleta. Baje al salón, veo muchas cajas en todas las esquinas de la casa y recordé que el huésped llegaba hoy. Madre mía, que cabeza la mía. Vi a mi madre ayudando con algunas cajas, se para en seco y me mira

— ¿Vas a correr? — dijo dejando la caja en el suelo.

— Si... ¿y todas estas cajas? — ella mira alrededor

— Ah si, algunas son para llevarlas al garaje, cosas que ya no quiero en casa. Y solo unas pocas del nuevo inquilino — dijo sonriente. — Por cierto, ¿no lo piensas conocer? — en ese momento no había prestado atención al "lo"

— La verdad ahora mismo no... cuando venga de correr. — agarré mi botella de agua, le di un beso en la mejilla y salí. Vi una moto fuera, y solo pensé que todos hoy en día tienen una de esas, aunque me pareció conocida. Tenía tanta mierda en la cabeza que no seguí pensando en eso. De inmediato empecé a correr por toda la calle durante dos horas con descanso entre minutos.

Me senté para descansar un poco, tome agua y seque el sudor. ¿Y qué coincidencia ha de haber que justo me encontrase con Justin en la calle? Al parecer tengo la peor suerte del mundo. Me levante comenzando a caminar para evitarlo, pero es inútil ya que me alcanza.

— Allison — dice detrás de mí. Me detuve y volteo sobre mí misma para poder verlo.

— ¿Que necesitas?

— Hablar — reí levemente

— ¿Hablar más?, ¿de qué?, ¿más mierda? — volví a reír. — no quiero seguir escuchando tus excusas.

— Solo quiero saber si estas bien, no quiero que quedemos mal. — me acerqué hasta él.

—No, no estoy bien, y es normal, en estos momentos yo no quiero hablar Justin, entiéndelo, si eso cambia te lo hago saber. — volteó y sigo mi camino de vuelta a casa. Ya no veo las cajas fuera, pero si la moto que vi al salir. Al menos no tendré que ayudar. Toqué la puerta ya que salí sin llaves. Abre la persona menos esperada en mi puta vida, comprobé que realmente estaba cagada en la mala suerte. Suspire y casi que mi cara expresa todo el desprecio que tenía acumulado.

— Miren quién es — dice recostado en el marco de la puerta con esa sonrisa estúpida... me preguntaba quien carajos se cree, es tan arrogante.

— Qué gracioso — no he asimilado que voy a vivir con este señor. Creo que no tengo que decir quién es... pero es el idiota tatuado, con piercings y su moto bonita. El que casi me mata.

— Y pensar que casi te mato — ríe. Lo quite del medio de un empujón por sus costillas para poder pasar.

— ¿Y mi madre? — pregunté mirando a los alrededores

— Salió a hacer las compras. — dijo mirándome de arriba a abajo

— Deja de mirarme y pon atención a lo tuyo. — dije tratando de sonar segura... pero en realidad su mirada me pone nerviosa de una manera rara.

— Como dejarte de mirar... si estás más sudada que el sudor. — ¿se supone que fue un chiste?, tiene un muy mal gusto del humor.

— Que gran chiste, deberías ser payaso... — le sonreí falsamente. Subí las escaleras hasta mi habitación para refrescarme con una ducha. Me vestí con algo cómodo y bajé a comer

El Huésped [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora