Capítulo veintiuno.

617 72 4
                                    

Cherry Flavoured - The Neighbourhood

━━━━⬤─────── 00:54
⇆ ◁ || ▷ ↺

Volteé y me encontré con unos ojos verdes rasgados, como los de un gato. Como el pasto en el que me gustaba tumbarme cuando era niña. Aunque no, no podía comprarlos con nada que haya visto antes. Sería una tontería. Pero justo ahora, sentirme tan atraída a ella, ser consciente de que me gustaba tanto Robin... No podía hacerme enojar más.

Me sentía enojada con ella. Enojada con el mundo por hacer que nos cruzaramos esa noche. Enojada con mi corazón por no dejar de latir tan fuerte con su presencia.

—¿Qué haces aquí?—le pregunté, volviendo a la realidad y zafándome de su agarre bruscamente.

Era la primera vez que no tenía una sonrisa en su rostro, sino una expresión de... Tristeza. ¿A qué se debía? ¿Había sido porque me había molestado? Porque si, lo había hecho, no importa cuánto intentaba ocultarlo.

—Para disculparme... —hizo una mueca al ver mis lágrimas—. De verdad lo siento, Michelle.

De pronto, se me olvidó todo lo que había pasado con Liam y Alice, y lo único que podía pensar era en cómo tenía Robin el descaro de aparecerse después de haberme ignorado toda una semana.

— ¿Porque lo sientes? ¿Por dejarme plantada el otro día?—dije, carraspeando para tener un tono más neutral, pero seguía sonando molesta y con la voz rota.

—Escucha...

— ¿O por ignorar mis mensajes? —La interrumpí— O tal vez sea por ni si quiera leerlos. ¿Es eso por lo que lo sientes, Robin?

—Michelle... —la cabina comenzó a moverse y yo, por estar de pie, a diferencia de ella, casi me caigo de no ser por sus manos que tomaron cintura, y las mias fueron a dar a sus hombros. Nuestros rostros quedaron a centímetros de distancia.

Me aparté rápidamente y me vi obligada a sentarme en el asiento del frente, evadiendo su mirada y tratando de no ver como poco a poco nos alzabamos del suelo.

Iba a vomitar,

—Lo siento por haberte dejado plantada—dijo ella a los pocos segundos. Yo no la miré, no podía—. Y también ignorar tus mensajes, y también no leerlos.

—Tus disculpas no me sirven de nada, sinceramente.

—Lo sé, por eso no es lo único que diré. También quiero explicarte lo... Lo que pasó. Lo que pasa realmente.

Finalmente, voltee para verla, y ella suspiró pesadamente.

—Paso por mucha mierda—comenzó a explicar, y yo fruncí el ceño—y ya sé que eso suena a excusa barata, lo sé perfectamente, pero es la unica forma en la que podria explicar todo esto... Um... A ver, ¿Cómo pongo esto...?

Robin se tomó su tiempo para pensar. Cada instante me ponía más nerviosa. Más y más nerviosa por saber que pasaba por su mente.

—¿Estás bien?—pregunto de repente—¿Tan grave es?

—¡No! Osea... Si, pero no realmente... No como para que tengas que preocuparte, solo que... No quiero entrar en detalles y estoy pensando en como...—se queda callada unos segundos, como si pusiera en orden sus pensamientos—¿Recuerdas la vez que fuiste a mi casa? Preguntaste dónde estaban mis padres y te dije que mi papá no vivía con nosotras.

—Si, lo recuerdo. —frunzo el ceño. ¿Que tenía que ver?

—A ver pues... Mis padres jamás se casaron. Así que un día mi papá nos dejó a... Este... A mí mamá y a mí. Y desde entonces mi madre... No es precisamente lo que podría llamarse normal. No está muy bien de la cabeza, ¿Sabes a lo que voy?

Amores fugaces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora