Amores fugaces.

Capítulo veintiséis.

ADVERTENCIA:

Este capitulo contiene escenas explícitas sobre relaciones sexuales lésbicas. Si no te sientes cómodx con el tema, puedes saltar al siguiente, ya que no es necesario leerlo para entender los siguientes.

PEEEEEEEROOOO, antes de que saltes, por favor tómate el tiempo de leer la nota al final de este capítulo, mencionaré un par de cosas relevantes a la historia. 

Si decides leerlo, claro, espero que lo disfrutes. Esto es un gran sacrificio para mi  ya que personas que me conocen leen este libro, así que valorenlo. xfa, JAJAJA

Mucho amor,
-Mar

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Lust For Life - Lana Del Rey, The Weekend

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Al final, si le avisé a mi madre que me quedaría a dormir en casa de Robin.

Bueno, en realidad le dije que en la casa de Alice, pero no me creyó y solo me dijo que usara protección y fuera responsable. Había descartado a Liam de su lista de sospechosos para ser el "chico" misterioso que besé en el baile de bienvenida, pero aún no se le olvidaba.

Robin estaba curioseando en mi teléfono cuando lo envió, y se rió a carcajadas de mis mejillas rojas como un tomate por al menos diez minutos, y tuve que explicarle que mi madre me había atrapado con el labial corrido, lo que desencadenó otros cinco.

Poco después, estábamos tan exhaustas de haber bailado tanto que solo optamos por ir a dormir. Robin estaba junto a mí, desparramada en la cama con los labios partidos y relajados, así como el resto de su cara, cubierta por mechones salvajes de cabello. Su cuerpo subía y bajaba ligeramente con cada respiración, señal de que ya se había quedado dormida.

Dichosa sea la que no sufre de insomnio...

El calor en la habitación era casi asfixiante, sentía un extraño cosquilleo viajar en mis manos, entumeciendo mis dedos y casi doliendo de lo fuerte e incómodo que resultaba. Además de que los pensamientos no dejaban de acumularse en mi cabeza una y otra vez.

No era la primera vez que estábamos en esta situación. Me refiero a que no era la primera vez que nos veíamos obligadas ambas a dormir en una misma cama, pero de alguna manera, esta vez se sentía diferente, y yo me preguntaba si Robin se sentiría igual.

A pesar de todo eso, mis párpados se sentían pesados, y mi mente comenzaba a divagar cosas confusas y sin sentido, mientras poco a poco me iba relajando más sobre el colchón. Finalmente, me quedé dormida.

Cuando desperté, lo que me pareció apenas un segundo después, fue porque sentí una presión sobre mis labios. Aún era de noche, y estaba adormilada, pero ahí pude detallar el rostro aún dormido de Robin, a nula distancia del mío, con sus labios rozando los míos. Se había girado en sueños, y estábamos tan cerca que nuestros labios se juntaron. Me intenté alejar un poco, apenas abriendo los ojos, y noté que ella también los abría.

Nos miramos durante unos segundos. Nuestros labios ya no estaban unidos, pero aún estábamos tan cerca que podía sentir su respiración contra mí barbilla. Ella me dedicó una sonrisa adormilada antes de colocar su mano en mi nuca y atraerme de nuevo hacia ella.