Amores fugaces.

Capítulo dieciocho.

Imagination - Foster The People

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La mano de Robin alrededor de mi muñeca me guío entre la masa de personas que se había acercado a ver el espectáculo y salimos del gimnasio, llegando al pasillo. Cuando lo hicimos, finalmente pude sentir el aire volver a mis pulmones, y las lágrimas corriendo por mis mejillas.

— ¿Estás bien? —me preguntó, con una mano en mi hombro.

—Sí, sí, sólo me estresó un poco todo lo que dijo Vero...—traté de limpiarlas, aún cuando más seguían saliendo a cada segundo.

—Hey, no le hagas caso. No eres nada de lo que dijo.

—Solo... Nunca creí que ella sería capaz de decir cosas así. Ha sido mi mejor amiga por tanto tiempo... Simplemente no me lo esperaba. No sabía que siquiera pensaba así de mi.

—Las personas normalmente te decepcionan, pero no es tu culpa, no puedes hacer nada para que ellos dejen de ser idiotas.

—Sí, pero... Es mi mejor amiga. Sin ella... Literalmente no tengo más amigos, no creí... No creí que fuera a acabar así...

No entendía por qué la simple idea de quedarme sin amigos era tan aterradora para mí. Jamás había tenido problemas con estar sola, es más, estaba acostumbrada a hacerlo todo de esa manera porque nunca pude socializar mucho gracias a mi padre, pero aun así era extraño pensar en mí volviendo a esos días de sentarme sola en una mesa de la esquina de la cafetería o hacer los trabajos sola, o comer en el baño. Solo no quería, después de tanto tiempo de esforzarme por ser... Querida.

—No estás sola. Tienes a Liam, a Alice, a Keith, a Nico. A Mason, incluso si a veces es muy gruñón. Me... —hizo una pausa y podría jurar que se sonrojó —me tienes a mí.

— ¿Pero y si vuelve a pasar lo mismo? Ella... Se que no te cae bien—Robin apretó los labios, sin poder negarlo, y yo casi me reí amargamente—, pero es mi mejor amiga.—remarqué las palabras, como si así pudiera hacerle ver el sentido que tenían para mí— Estaba segura de que cualquier persona podría irse y dejarme y no importaría porqué... Porque ella estaría ahí siempre. Ella era ese seguro, esa única amiga que me importaba. Y digo, si Vero pudo decir esas cosas, no dudo que cualquier otra persona pueda. No dudo que todos los demás lo piensen...

—Bueno, no puedo jurar por ninguno de ellos, por más que conozca a Keith, Alice y Mason. Pero al menos, de mi parte, jamás haría algo para lastimarte, Queen. Al menos no con intención.

—Pero... ¿Y sí sí?

—¿Y si no?

La miré durante unos segundos, con la duda abrumándome. Los pensamientos agolpándose en mi cabeza y un zumbido cruzando mis oídos. De pronto, todo se detuvo, dejando paso solo una canción, la cual provenía desde el gimnasio.

—"I wouldn't try to throw myself away. If you asked me, I'd say..."

En ese momento, tenía dos opciones:

1.- Hacerle caso a mis estúpidos impulsos de idiotez.

2.- Salir corriendo para no hacerlo.

Pero no podía moverme, mis piernas se habían quedado estáticas y no podía hacer otra cosa que mirar esos ojos verdes hipnóticos y esos labios rojizos con brillo labial que moría porque también estuviera en mis propios labios.

— ¿Estás bien? —me preguntó Robin, algo preocupada. Era obvio, me quedé mirándola de la nada. Debía parecer una rara en una especie de viaje astral.