fireworks | fred weasley

❙ 15. DESPIERTA.

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂ ACT TWO (II)
THE CHAMBER OF SECRETS

CAPÍTULO QUINCE:
❝ despierta ❞

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Mayo 13, 1993.

En aquel mes en Hogwarts era de completa lluvia. De los treinta y un días que tenía, la mitad eran lluvias tormentosas y el resto lloviznas débiles.

Ese día no era la excepción ante una tormenta, pero por alguna razón, Fred Weasley ya no sentía el frío que le calaba por los huesos a cada alumno de la escuela. Solo sentía ira y tristeza.

Si tan solo hubiera sabido, la hubiera acompañado.

No sabía qué ni cómo había quedado así su mejor amiga, totalmente petrificada, podía sentir su terror y eso le generaba furia.

Cada tanto venía Madame Pomfrey a revisar a los petrificados, los cuidaba a todos con sumo detalle y era de lo poco que le tranquilizaba al pelirojo.

Sabía que la mujer solo le dejaba estar ahí casi todo el día porque esta notaba que era lo único que le tranquilizaba, aun cuando los alumnos no podían ir recurrentemente.

De vez en cuando se topaba con Harry y Ron, que las venían a ver a ambas, en especial Hermione. O con George, Angelina, Alicia, Cedric y Jordan, quienes también venían a visitarla. Hasta Theodore Nott junto a su amigo venían a verla de vez en cuando. Pero él no se iba, ni siquiera cuando estos últimos venían.

No sabía cuantas clases se había perdido y sabía que le costaría caro, pero confiaba en que su hermano estaba haciéndolo por él y tomando apuntes, quiera admitirlo o no, él era el gemelo más inteligente, o hasta Angelina, que todos los días dejaba los deberes a su amiga, como si supiera que esta despertaría al otro día y volvería a clases totalmente preocupada por las tareas.

Fred dejó de observar por la ventana el campo de Quidditch mientras jugaba con su collar, y se sentó una vez más en una silla al lado de su amiga.

— Cuando despiertes, le contaré a mi madre como me maltratas y así no te querrá tanto. Todo por hacerme esto... —Suspiró y tomó su mano fría e inmóvil, y aún así parecía que temblaba del miedo. Lo que sea que le haya hecho eso, debió asustarla demasiado y no sé perdonaría jamás el no haber estado con ella esa noche— ¿Qué digo? Cuando despiertes... Te protegeré de todo, ¿Oíste? Sin importar qué.

A fin de cuentas, era la chica que amaba.

Y él ahora era un cartucho vacío, sin nada que le hiciera sonreír, emocionar. Porque su chispa ya no estaba más con él.