.Me dejé caer en la cama, realmente me sentía acabado y no tenía idea de porqué mi magia estaba tan descontrolada de momento. Temía arruinar las plantas con los remolinos de magia negra que se alzaban a mi alrededor, no podía controlarlos e intentaba suprimirlos sin tener mucho éxito.
–No te estás sintiendo bien, ¿Verdad?– Asentí, aceptando la caricia que dio a mi mejilla. –Deberías decirme cuando esto pase.– Sonreí.
–"Lo tomaré en cuenta para la próxima vez."–
–¿Quieres dormir un rato?– Extendí los brazos en una clara invitación y sonrió, se quitó un par de capas de ropa antes de acostarse sobre mi pecho. –Me gustaría escucharte cantar.– Esa petición me sorprendió un poco. –Ya sé qué tan aguda se puede volver tu voz, y también sé que es bastante bonita. Cuando termines con la hoja de mandrágora, ¿Cantarás para mí después de la luna llena?– Sonreí dando una afirmativa con la cabeza.
Nos quedamos así bastante tiempo, ninguno de los dos dormía, ni hablaba, sólo disfrutábamos la compañía mutua. Él suspiró y me miró.
–¿En serio aceptarás casarte conmigo?– Asentí. –¿Por qué?– Lo pensé.
–"Eres muy bueno conmigo, y no es cómo que podamos negarnos después de completar el vínculo."– Dejé un beso en su frente. –"De cualquier modo, odio la forma en que describes la soledad."– Se escondió en mi pecho y minutos después le escuché soltar leves ronquidos amortiguados.
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–Hola...– Bajé la mirada encontrando sus ojos aún nublados por el sueño, sonreí. –¿Qué estás leyendo?– El escrito en inglés antiguo era inentendible para él, así que lo observé hacer muecas al no entender ni una palabra.
–"Historia de la magia británica. Son repasos, pronto comenzaré con la historia rusa."– Se movió un poco, dejando escapar un gruñido de satisfacción al conseguir una posición más cómoda para estar.
–Visitaremos a Baba Yagá antes del fin de año, puedes preguntarle si tienes suerte.– Retiré el recurrente gorro que ocultaba los largos mechones plateados y acaricié las suaves hebras de cabello con cuidado.
–"Me gustaría hablar con Mordred."– Escribí en el aire frente a él. Inmediatamente volteó a verme con ojos cautelosos.
–¿Por qué querrías hacer eso?–
–"Él sabe muchas cosas que a mí me interesan. Podría ayudarme a entender mejor las tradiciones, costumbres y el folklore de aquí."– Frunció el ceño.
–Cualquier noble en los retratos podría ayudarte con eso, incluso yo podría. No es necesario que recurras a... Mordred.– Suspiré.
–"Está bien, entonces guíame por los pasillos, hay un hombre que posiblemente aceptará enseñarme aún si no puedo hablar."– La interrogante era obvia, pero se abstuvo de hacerla.
–¿Quieres ir ahora?– Negué. –Bien, porque no pensaba levantarme de aquí.– Rodé los ojos con diversión.
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.Los días pasaron más rápido de lo que podía decir, pronto me encontré a dos días de la luna llena y antes de notarlo ya era 26, sería esta noche.
Estaba nervioso. Hoy, por fin veríamos si las expectativas de Alek sobre mí eran correctas o no, sabía que podía lograrlo, pero sería difícil de digerir para ellos el saber que mi figura no era un canino. Lo descubrí una semana atrás, mientras meditaba, de repente abrí los ojos y vi de frente un par de orbes amarillos, demasiado humanos como para no sentirme intimidado por ellos, pero demasiado diferentes a los propios de Alek. Comencé entonces a buscar que animales podrían tener ese tipo de ojos y lo encontré, desde ese día comencé a concentrarme aún más en conseguir los cambios que trae consigo la magia de animago.
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Ravenclaw
Fanfiction"-Peco de confiado, pero, sé sobrevivir con ingenio, no soy tan idiota como puedo parecer y debería recordar, señor, que mi casa depende de eso.-" -Eres sólo una sucia puta que vivía en los barrios bajos hasta que alguien más te salvó.-" Un señor os...