.
.
.Ingresé al edificio, para ser recibido con efusividad por parte de todos.
–Parece que alguien se ha portado mal~... Es una pena...– Canturreó Shin a mi lado mientras Carla trataba de aparentar ser severo. –... Ya teníamos un regalo perfecto para ti...– Daba vueltas a mi alrededor, a leguas podía notar que él era el más emocionado con tenerme cerca. –... ¿Qué estabas pensando? ¿Eh? Mi hermano se preocupó bastante cuando Ann le dijo que estabas aquí.– Nos sentamos en la sala más amplia y platicamos por horas. Cuando finalmente anocheció, decidimos que no se daría un sólo servicio.
–¿En verdad te quedarás hasta el lunes?– Asentí.
–No creo que sea una de mis mejores ideas, pero sin duda puedo ingeniármelas para hacer las tareas a tiempo.– Guiñé un ojo. –Además, necesitaba verlos, los extraño mucho estando allá.– El segundo más joven de nosotros, se recostó en mi regazo, atravesando las piernas por encima de su hermano.
–Awww~ No soporta estar sin nosotros...– Carla le dio una palmada a su muslo.
–Chicos, ustedes...– El dueño entendió y pidió a los demás que se retiraran. –Su sangre es bastante útil, no tienen idea de cuantas veces me salvó de morir. Odio decirlo, pero cada vez tengo más enemigos que amigos ahí.– El mayor suspiró.
–No es raro que traten de matarte, ¿Tus escudos de oclumancia están bien?– Le sonreí.
–Tan perfectos como los tuyos. Eso no es lo que me preocupa.– Shin se sentó recto en el sofá de enfrente.
–¿Entonces, qué es?– Impaciente como siempre.
–El Lord volvió, me buscó y... Fue él quien me devolvió mi aspecto, desbloqueó mi núcleo y le agradezco infinitamente por eso, pero lo que él quiere está mal.– Era fácil notar la desesperación en mis palabras. –Es como si... Como si su mente estuviera contaminada con... Algo que lo hace pensar en matar y ya. Sé que no lo hace por voluntad propia ya que es capaz de controlarse e incluso actuar de manera perfecta su papel de Lord, pero hay algo más en eso... Quiero ir al banco Goblin, descubriré que está pasando con él y sin dudas, arreglaré este problema para devolver todo a su cause normal.– La suave sonrisa en el rostro del albino me dio ánimos sinceros.
–Rei, cielo. Alguien quiere verte.– Anna entró, mirándonos atentamente.
–Ya voy, madre.– Hice una pequeña reverencia antes de salir.
–Entonces sí eras tú.– Lucius estaba parado en la puerta, su traje de seda era cubierto por una capa de color plata.
–Lord Malfoy, si puedo preguntar, ¿Qué lo trae por aquí?– No sentí vergüenza, es mi hogar después de todo, la gente de aquí es mi familia.
–Me pareció ver a cierto niño encantador vagando por el callejón Diagon con un desconocido de aspecto peligroso, veo que no me equivoqué.– Traté de sonreír.
–Espero de todo corazón que nuestro señor aún no sepa nuestro pequeño encuentro, de ser así tendré que mentir y todas las mentiras son a beneficio de quien las dice.– Carcajeó por un par de segundos.
–Me gustaría saber que negocios tienes con ese hombre y este lugar. De ser una deuda podría ayudarte.– Negué suavemente.
–Para nada, señor. Esta es mi casa, siéntase libre de visitarles cuando deseé. Ya que siempre estoy en la escuela, es raro encontrarme aquí para algo que no sean las fiestas paganas.– Lo conduje a una sala privada para conversar más a gusto, aún se escuchaban pláticas de fondo, pero eso lo haría más ameno. No pasó desapercibido para mí que usó un hechizo de limpieza antes de sentarse en el sofá.
ESTÁS LEYENDO
Ravenclaw
Fanfic"-Peco de confiado, pero, sé sobrevivir con ingenio, no soy tan idiota como puedo parecer y debería recordar, señor, que mi casa depende de eso.-" -Eres sólo una sucia puta que vivía en los barrios bajos hasta que alguien más te salvó.-" Un señor os...