↷Capítulo 35

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No estaba nada seguro de si sería una grandiosa idea entrar, pero tenía que hacerlo, Seokjin solo pudo ver como Soobin prácticamente había entrado al departamento sin siquiera saludarlo para pasar lo más rápido que podía hacia su respectiva habita...

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No estaba nada seguro de si sería una grandiosa idea entrar, pero tenía que hacerlo, Seokjin solo pudo ver como Soobin prácticamente había entrado al departamento sin siquiera saludarlo para pasar lo más rápido que podía hacia su respectiva habitación, y cerrar la puerta de inmediato, y no había salido en casi dos horas y se estaba preocupando, y era mucha la preocupación.

Sus dedos se enroscaron hacia la palma de su mano, formando así un puño y acercándolo a la puerta con algo de de duda, pero sabía que tenía que preguntar lo que había pasado, así que, quitándose por completo el miedo de ser echando por su compañero y amigo tocó la puerta.

—Soobin —le llamó suavemente, esperando por alguna respuesta.

—¡No q-quiero hablar c-con nadie! —esa fue la respuesta que obtuvo, Seokjin soltó un suspiro y pegó su mejilla derecha contra la puerta, juró escuchar unos leves sollozos.

—¿Cariño, estás llorando?

—Vete, Seokjin... —y de nuevo más sollozos, ahora en verdad Seokjin estaba preocupado, miró la perilla de la puerta y la tomó en sus manos, afortunadamente logró girarla, no tenía ninguna clase de seguro puesto.

La puerta fue abierta, causando un rechinido leve que Soobin había captado, pero que ignoró y simplemente mantenía abrazado a su peluche de osito que le había regalado Yeonjun, tenía su rostro escondido en aquel oso marrón, Seokjin podía ver al subir y bajar de sus hombros, además de escuchar los sollozos que eran amortiguados por el peluche.

—Soobin... ¿qué ha pasado? —Seokjin caminó hacia su amigo con pasos decididos y cuando por fin estuvo cerca, se sentó a orillas de la cama del más pálido, para después colocar su mano sobre su cabeza para brindarle suaves carencias en el cabello—. Soobin...

—¡Choi Yeonjun es un idiota! —exclamó, para volver a hipar, Seokjin se sorprendió al escuchar eso.

—¿Qué ha pasado exactamente para le digas así —preguntó, esperando a que por lo menos Soobin levantase el rostro para mirarlo.

Y efectivamente eso hizo, pero por escasos segundos, Seokjin se percató de los rastros de las lágrimas de Soobin que ya habían caído sobre su rostro, además de ese intenso tono rosado que estaba en sus ojos cristalizados por el llanto.

—É-Él... —sorbió su nariz—, besó a una chica.

—¿Qué? —preguntó, frunció el ceño al escuchar eso ¿Cómo era posible aquello? Yeonjun prácticamente le había prometido a Soobin que no le haría daño, e irónicamente es lo primero que hace—. Ese bastardo...

Soobin negó, no valió la pena insultarlo, el daño estaba hecho en él, sentía en su pecho una horrible presión, era espantoso sentir de nuevo aquella punzada en el corazón; era como si cientos de agujas se clavaran lentamente en su corazón sin piedad alguna.

—S-Sí... Kihyun tenía razón.

Y allí fue cuando Seokjin comprendió todo, y recordó de lo que tenía que hablar con Soobin.

𝐆𝐈𝐅𝐓𝐒 𝐎𝐅 𝐌𝐘 𝐂𝐑𝐔𝐒𝐇 ✧️ yeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora