29. Cambio de planes.

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— No, Adriana. Ella no es mi tía, ella es Alicia, ya te había hablado de mi hermosa novia. — dijo Martin un poco molesto por la confusión tan tonta de la pelirroja.

— ¡Ay, señora, discúlpeme! — dijo aparentemente avergonzada.

— No te preoc... — intentó decir Alicia, pero fue interrumpida por un pequeño chillido de emoción.

— Ayyy ¡tú eres la novia de mi papá! — exclamó el niño con bastante entusiasmo — Él me ha hablado muchísimo de ti, y sí, eres tan bonita como él te describió.

La morena se centró por completo en Diego, quien la miraba sonriente. El niño de ojos verdes sin duda era tan cautivador como su padre.

— Hola, mucho gusto Dieguito. — dijo Alicia acercándose y sentándose en un filo de la cama para luego hacerle una caricia rápida en la cara del niño — ¡No sabes las ganas que tenia de conocerte! — expresó — Tu papá también me ha hablado muchísimo de tiii.

— Mis dos amores. — dijo Martin sonriéndole a ambos y apoyando una mano en el hombro de la morena y la otra sobre la mano de su hijo.

Adriana, quien presenciaba toda la bonita escena desde un rincón de la habitación, empezó a sentir celos.

...

Horas más tarde:

Eran las 11 de la noche, Alicia y Martin se habían regresado juntos al hotel. Él se había quedado dormido, vencido por el cansancio, mientras ella estaba revisando las redes sociales, cuando le entró una llamada.

— Hola Fedora, ¿Como estás? ¿Como va la fundación? — dijo en voz baja

— La fundación va bien, pero yo estoy muy mal, Alicia. — le dijo la rubia, llorando.

— Que pasó? ¿Porque estás tan nerviosa? — preguntó preocupada

— No me he sentido bien hace días, pero no quise comentarte nada antes porque no le di importancia. Hoy fui al doctor y me dijo que tengo el virus del papiloma y aún no saben de que categoría es, pero existe la posibilidad de que se haya convertido en cáncer.

— ¿Que? ¿Estás segura? — Alicia se levantó de golpe y se dirigió al baño para hablar, no quería despertar a Martin.

— No, te estoy diciendo que el doctor aun no me lo confirma, pero estoy aterrada, amiga. Perdón por interrumpir tu viaje, sé que lo de Martin también te está afectando, pero necesitaba desahogarme.

— No tienes por qué disculparte, somos amigas hace mucho y sabes que cuentas conmigo para todo. Es más, mañana me regreso a México para que me cuentes bien, quiero acompañarte al doctor. — dijo una Alicia decidida.

— No, amiga, yo no te llamé con esta intención... — Fedora ya se estaba sintiendo culpable por haber llamado a la morena

— Ya tomé mi decisión, mañana nos vemos. Trata de descansar esta noche, sé positiva. Y no te olvides que te amo mucho, amiga. — dijo Alicia y colgó.

Al salir del baño, la morena se quedó un tiempo viendo dormir a su novio, pensando en cómo le daría la noticia de que tendría que regresarse.

Alicia se recostó a lado de su guapo novio para poder admirarlo y acariciarlo, ya que sabía que estaría lejos de él por muchos días. Acariciaba muy cuidadosamente el rostro del ojiazul para no despertarlo, pero aun siendo cuidadosa Martín no pudo evitar sentir las caricias de su amada novia, y abrió sus ojos aún con sueño.

— Mi amor, ¿aún no te dormirás? — preguntó Martín abrazándola

— Sí, solo estaba admirando a mi novio guapo... — dijo Alicia con una sonrisa pícara

—Ahhh, ¿pues entonces no crees que sea hora de admirarlo de otra forma? — Martín giro a Alicia para poder verla a los ojos y le dio un beso en el cuello.

— Pues no es una mala idea... — dijo Alicia dándole un beso lento y suave a Martín.

Los besos comenzaron lentos y sin prisas, pero pronto se volvieron muy apasionados, se desnudaron sin prisa para amarse en esa noche, esa noche que podría ser la última.

...

El reloj marcaba las 7:00 am y el primero en despertarse fue el ojiazul, que se levantó con mucho cuidado para no despertar a la morena, este se dirigió al baño a tomar una ducha para luego hacer el desayuno para los dos.

1 hora después la morena aún con los ojos cerrados y con su mano derecha palpó el lugar vacío de su novio, al no sentirlo cerca abrió de golpe sus ojos y a sus fosas nasales llegó un delicioso olor que provenía de la cocina del cuarto donde estaban hospedados, que en realidad era casi como un departamento.

Cuando se asomó por la puerta pudo ver a un hombre alto de espalda ancha muy concentrado cocinando, ventaja que aprovechó para abrazarlo por la espalda, dejándole un pequeño beso en el cuello y un tierno "buenos días" susurrado muy cerca del oído.

— Que bueno que despertaste, mi amor. — dijo Martin dándose la vuelta para mirarla a los ojos y depositarle un fugaz beso en los labios — aunque mi plan era llevarte el desayuno a la cama.

— Ay, ¿porque no me despertaste? — cuestionó ella acurrucándose en el pecho del hombre.

— Ayer conciliaste el sueño muy tarde, además te ves tan hermosa durmiendo. — respondió besando la cabeza de su novia.

— Sí, pero tenía que aprovechar al máximo el tiempo contigo porque a más tardar al medio día tengo que salir para México.

— ¿Como? — Martin se sorprendió — Pensé que te quedarías más días aquí conmigo. — expresó como un niño desilusionado.


Un amor solidario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora