39. La pequeña Fedora.

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Habían pasado unos minutos, que para Martín fueron los más largos de su vida.

— Señor, la señora Alicia ya está lista. ¿Me acompaña? Necesito que se ponga la ropa para que pueda entrar con ella. – dijo el doctor

— Sí, claro. Vamos.

Romina se quedó en la sala de espera, preocupada por su mamá, pero con mucha fe de que todo iba a salir bien.

Cuando Martin entró en la sala de parto, Alicia se quedó más tranquila.

— Aquí estoy, recuerda que eres fuerte y que te amo. Jamás volveré a dejarte sola. – dijo el ojiazul emocionado, mirándola a los ojos.

— ¡Ahora sí! ¿Está lista para pujar? – el doctor interrumpió el momento de la pareja

— Sí, doctor. – dijo Alicia con más seguridad.

...

Una hora después, nació la pequeña Fedora. Sin embargo, el parto se había adelantado en 6 semanas, por lo que tuvo que quedarse en la incubadora.

Al día siguiente, el doctor le dijo a Alicia que ya podría irse a casa, pero la niña tendría que quedarse un tiempo más. La morena y Martin no querían despegarse de su bebe, así que Alicia decidió seguir en el hospital, mientras que Martin compartía su tiempo entre su familia y el trabajo en la fundación.

Cuando el ojiazul estaba trabajando, la morena se quedaba con Romina, quien tampoco se despegaba de su madre y su hermanita.

10 días después, Alicia y la pequeña Fedora ya estaban listas para salir del hospital.

— ¿Adónde nos llevas? Este no es el camino hacia mi casa... — preguntó Alicia con curiosidad mientras miraba por la ventana del coche, cargando a su pequeña en sus brazos.

Ella no recordaba lo que el ojiazul le había dicho cuando llegó a la casa el día del parto, porque en medio del dolor no le había puesto atención.

— Te tengo una sorpresa, mi amor, espero que te guste. — dijo Martin con su característica sonrisa, intercambiando una mirada cómplice con Romina

Se tardaron media hora en llegar, Alicia estaba tan ansiosa que el camino se le hizo infinito.

— Woow, ¡que hermosa casa! — exclamó la morena cuando el ojiazul estacionó en frente de una mansión — ¿Acaso tienes pensado comprarla?

— ¿Porque no bajamos para que veas si te gusta? — propuso Romina

— Pero... — Alicia trató de decir

— Ven, mamá, por favoor... — dijo la muchacha, haciendo voz de niña chiquita

Los cuatro bajaron del coche y caminaron hasta la entrada de la mansión.

— Está increíble... pero ya dime, Martin, ¿piensas comprarla? Debe de ser carísima. — dijo Alicia

— No, de hecho, ya la compré. Bienvenida a su nuevo hogar, señora Alicia Montiel. — respondió el ojiazul muy contento

— ¿Me estás hablando en serio?

— Claro, mamá. — Romina se acercó a su madre y tomó a su hermanita en brazos — Martin lo planeó todo, y yo con mucho gusto lo ayudé. Es por eso que a veces nos quedábamos muchas horas lejos de casa.

— Claro, yo me imaginé que algo planeaban, pero no pensé que sería una sorpresa tan bonita como esta. Gracias, los amo mucho. — dijo Alicia al borde de las lágrimas

— Ven, mi amor, para que conozcas cada rincón de nuestro hogar. — Martin la tomó de la mano y entrelazó sus dedos para que entraran juntos

Cuando abrieron la puerta, el primero en recibirlos fue Enzo, que no dejaba de brincar de felicidad al ver toda la familia junta después de tantos días.

— Ustedes sí que lo planearon todo, hasta Enzo estaba enterado de la sorpresa. — dijo Alicia riéndose

Acompañada de Martin y de sus hijas, de a poco Alicia fue conociendo toda la casa. Le encantó cada detalle, sin embargo, no pudo evitar las lágrimas de emoción cuando vio el cuarto de la pequeña Fedora.

— Gracias, les juro que no puedo expresar en palabras lo feliz que me siento. Los amo mucho, muchísimo. — dijo la morena mirando a su familia.

Se abrazaron los cuatro, con mucho cuidado para no lastimar al bebe, que seguía en brazos de Romina.

...

17 de diciembre del 2022:

Alicia y Martin estaban más contentos que nunca. Ya se habían acostumbrado a la nueva rutina con el bebe, y juntos buscaron la manera de no dejar de cumplir con sus deberes en la fundación.

Este día la pareja estaba cumpliendo un año juntos y el ojiazul la había invitado a cenar en el mismo restaurante donde habían cenado juntos por primera vez.

— No puedo creer que ha pasado un año desde que aceptaste darte una nueva oportunidad en el amor, y hasta hoy no puedo creer que me animé a insistirte... — dijo Alicia divertida, mientras saboreaba una copa de vino blanco junto a su amado.

— Gracias por hacerme ver que se puede ser feliz aun cuando uno cree que está condenado a la soledad. En este viaje yo acepté el amor que empezaba a sentir por ti y tomé la mejor decisión de mi vida.

— Brindemos, entonces. — propuso la morena

— Por nuestro amor. — dijo él alzando la copa

— Por nuestro amor. — repitió ella.

...

Después de disfrutar de una rica cena, los dos decidieron regresar temprano a casa, porque les preocupaba su hija, aunque Romina les aseguraba a cada rato por mensaje que todo estaba bien.

Cuando confirmaron por sus propios ojos que Romina estaba dormida junto a su hermana, Martin le pidió a Alicia que bajara con él a la biblioteca y puso una canción.

"Si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida..."

— ¿Bailamos? — preguntó el ojiazul

Alicia aceptó con gusto la invitación.

Y aunque este no era precisamente el ritmo de la canción, los dos la bailaron lentamente, abrazados.

Cuando terminó de sonar, los dos se miraron a los ojos, y como si uno pudiera leer los pensamientos del otro, dijeron al mismo tiempo:

"Te quieres casar conmigo?"

Y así, sin anillo y sin testigos, esa noche Alicia y Martin se comprometieron a estar juntos para toda la vida.

...

Miércoles, 17 de mayo del 2023:

"La boda fue mucho más hermosa y especial de lo que en algún momento imaginé. Martin estaba tan guapo, más que siempre, parecía un verdadero príncipe y sus ojos tenían un brillo especial y solo me miraban a mí.

Ese día me sentí hermosa, hermosa para mí y para él... él, que desde el día en que lo conocí me dejó sin aliento y ahora es el papá de nuestra preciosa nena, es el mejor amigo de mi Romina y es mi adorable y apasionado esposo. Jamás imaginé que ese par de ojos azules llegarían a cambiarme la vida y hacerme tan feliz." — Escribía la morena en su libreta con una sonrisa que no le cabía en su rostro.

— Mamá, aquí te traje la prueba casera. — dijo Romina entrando a la recámara de su madre.

— Romi, no tuviste que molestarte. — respondió Alicia guardando su libreta en el velador — Es imposible que esté de nuevo embarazada, tú hermanita aún ni siquiera cumple un año.

Un amor solidario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora