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Las imágenes eran las mismas todas las noches ¿Qué importaba? Esa pregunta rodaba en su cabeza una y otra vez ¿Qué importaba? Nada, se dijo. Absolutamente nada.

Gimió de placer al sentir el éxtasis del alcohol recorrer en su garganta. Aquel vicio dañino era su único consuelo desde la pérdida de su primogénito. Entonces llegas a un punto en el cual te preguntas si todo valió la pena, si cada maldito segundo a su lado lo valió.

Ella quería, exigía respuestas, aprendió exigirlas desde que tuvo memoria de casarse con un hombre que le debían respeto por trabajar en donde estaba, muchas cosas había aprendido a su lado ¿Para qué? Si nunca le enseño a enfrentar lo mas doloroso de su vida, no le enseño controlar sus sentimientos hacia el ser mas amado.

—Es mejor que nos vayamos, Sheker —reprocho su amiga tomando de su brazo y tirando de el —. Ya has tomado demasiado.

—¡Esto es bueno, Alman! —alego, eufórica, dejando el pequeño vaso de cristal con fuerza sobre la barra. —¡Trae la botella! —demando al pobre hombre que solo negaba y le servía. Una botella de ginebra importada se alzo sobre ella y la de Ron vacía fue enviada lejos de ella —. Quiero olvidar hasta mi apellido —susurro, tratando de que el liquido entrara en su vaso de medida, sin embargo, sus manos temblaban ante tanto alcohol en sangre.

Ya cansada de tantos intentos, acerco el pico de la botella a sus labios y dio un largo trago, el dolor en su garganta era una miniatura a lo que sentía su corazón.

—De hecho —arrastro las palabras, provocando que Alman hiciera un gesto de asco al sentir el fuerte aliento de alcohol en Sheker —. Creí que podía importarle ¡Vaya! No tiene piedad pro su sangre....

—No sabes lo que dices, Sheker, el lo ama y lo siente.

—¡No! —la fémina comenzó a reír con la botella en su mano, tambaleándose hasta la pista donde miles de personas alborotados bailaban, bebían sin un mañana y otros se drogaban en alguna esquina del club nocturno. —Es un ser despiadado sin corazón...el dueño del mal. —Rio recordando el momento en que lo había conocido.

¡Que terrible coincidencia! Muchas cosas no podían volver a cambiar, ella ya no podía intentar jugar ser la perfecta mujer de una persona que manejaba una masa de poder maligno para la sociedad. No había una Sheker pacifica si el dolor le molestaba, no estaba el para cuidarla como lo había prometido en su día especial.

—¡Él no está! —hablo sola, moviendo sus caderas y bebiendo de la botella. Dejo que la música desconocida pero movida cautivara su cuerpo, no entendía su letra de lengua extranjera, pero presentía que algo vulgar pero movido decía en ella.

Al cabo de unos minutos, termino de beberse el contenido de su botella y comenzó a beber lo que cualquiera le ofrecía, a ese punto ya no le importaba estar entre un grupo de hombres eufóricos que solo le daban de beber para aprovecharse de la hermosa mujer.

Lejos de inmutarse de todo, Aiman señalo hacia la extensa pista.

—Allí esta Sheker. Juro que trate de detenerla, pero no quiere irse a casa —argumento, entre cobijada y asustada por la intimidante mirada del hombre que trataba de buscar con la mirada a su esposa.

—¡¡¿Cómo dejaste que llegara hasta este lugar?!!

—No soy su niñera —se escuso entre gritos—. Me la encontré aquí. No quería molestarte con esto, Azat.

Azat la miro intimidante.

—Es mi esposa.

Sin importarle nadie, saco de su cinturón su arma y apunto hacia arriba, no lo pensó dos veces al disparar el techo. Los gritos comenzaron a escucharse mientras que la música paraba y todos se inclinaban hacia el piso sucio. La mandíbula de Azat se marcaba al ver a su obstinada mujer de pie y bailando sin importarle el peligro que corría, ¡No podía ser el quien disparara y ella seguiría bailando! Volteo a observar a los hombres vestidos de negro que estaban detrás de el y asintió, a pasos seguros y firmes camino hasta ella, en un arrebato tomo la botella que tenia en su mano y la tiro con brusquedad a un lado, rompiéndola en miles de pedazos. Sin delicadeza la tomo de sus hombros y la volteo.

DespiadadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora