Ambos quedaron en silencio, Azat era un ser despreciable, estaba entregando a la muerte a Sheker, la mujer que propio cuidar hasta sus últimos días, la misma que sufrió por la perdida de su hijo. ¿Cómo era posible que un hombre se transformara por el dinero? La respuesta era clara, fue criado y educado para ser un asesino, un hombre que le demostrara al mundo lo despreciable que era la raza humana en cuanto al poder y dinero, dos vicios saciables para ir directo al infierno sin pasaje ni estar frente a una balanza de los pecados.
Alman se acerco hasta el y enredo sus brazos en su cintura.
—Me molesta saber que estuviste con ella.
—No te debe importar con quien me acueste.
—Pero serás mi esposo muy pronto y lo hace, me tienes a mi para satisfacerte en todo, no debes buscar fuera de casa.
—No lo hice —se acerco de sus brazos y camino hasta el baño —. Tuve sexo con ella dentro de casa.
Alman apretó la mandíbula fastidiada, observó como la puerta era cerrada frente a sus narices. Desde su adolescencia había estado enamorada de Azat, creía verlo como un hermano, pero era todo lo contrario, Azat se había metido en su corazón sin saberlo, amaba su forma dura y expresión seria de todo momento, sabia los pasos que realizaba y las mujeres que le gustaba. Lo que era algo nuevo en el momento que supo de la existencia de Sheker, ella estaba fuera del radar del sicario, no era de estatura apropiada para él, más solo una mujer normal de estatura baja, pechos pequeños y sin curvas. ¿Qué tenia de especial, Sheker? ¿Su simpleza para vivir? La llevada de la fémina fue una bomba de tiempo, en una semana logro lo que ella no había logrado en toda su adolescencia, los pasos de Azat giraban entorno de la pelinegra, una lagrima o cabello suelto era para muerte.
No la odiaba, pero si la envidiaba. Sheker tenia lo que ella no, la pérdida de su hijo había sido un golpe duro para todos, Serik se había convertido en el centro de atención de la mafia y la familia, pero Sheker estaba en lo cierto, la vida del hijo de un empleado no era importante, mas solo la del jefe y familiar directo. Alman se había agotado de estar en las sombras de un amor imposible, era por eso que prefería matar a su rival, Azat siempre fue un hombre de palabra ante sus honores como hombre y sicario, no rechazaba ningún trabajo y no fue la excepción con Sheker.
(...)
La fémina arrastro la bolsa fuera del edificio, no recordaba tener tantas botellas por toda la casa, se alegraba que había hecho el intento de no tomar aquel día, o al menos trataba de ser consciente y desafiar su dolor sobria.
—Señora Sheker Bektai—una voz masculina detrás de ella la exalto —. Lo siento, no pretendía asustarla.
—Esta bien, soy yo, ¿Sucede algo? —pregunto, colocando sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta.
Este saco una placa de su bolsillo, mostrándole para quienes trabajaba.
—Estamos al tanto del caso del señor Carter, al ser un emigrante es una obligación hacer este tipo de investigaciones, además que su muerte no fue calificada para un cierre de caso. Quería hacerle unas preguntas.
—Esta bien—acepto, tratando de calmar los nervios en su cuerpo.
—Hay testigos que la vieron a usted en el momento que se encontró el cuerpo, por lo que se dice, conocía a Carter, ¿Qué relación tiene usted con él?
—El era mi compañero de trabajo, de hecho, cuando vi el revuelo en la plaza me acerque y lo reconocí, no podía creerlo que estuviera muerto.
—¿Cree que haya tenido algún problema? ¿El hablo con usted sobre algo? Tal vez le dijo que debía dinero a personas peligrosas. O vio algo usted...
—Yo...
—Ella no vio ni sabe nada —la interrumpió, ambos voltearon a ver a un Azat enfadado caminando hasta ellos y posándose a un costado de Sheker.
—Disculpe, ¿Quién es usted? Estaba hablando con la señorita Sheker, por favor no intervenga.
—No puede hacer este tipo de preguntas en medio de la calle y sin un abogado por parte de mi mujer.
El policía quedo en silencio y lo observo, luego desvió la mirada hacia Sheker y saco una pequeña tarjeta con sus datos.
—Me gustaría que me llamara en cuanto recordara algo y pueda hablar.
Sheker estiro la mano para tomar la tarjeta, pero Azat se adelanto y la tomo.
—No se debe preocupar, mi mujer no estuvo involucrada ni sabe nada, por lo que no deberá llamarlo. —alego de forma dura, el policía asintió y se alejo de la pareja.
Una vez solos, Sheker volteo hacia el.
—¿Por qué lo haces? No intervengas en mi vida como si fueras mi dueño—dijo, enfadada.
—No soy tu dueño, pero si eres mía, no tienes nada que ver con la muerte de Carter, no deben investigarte.
—¿No lo tengo? Tal vez el estaría vivo aun si no fuera por ti.
—¿Tratas de decir algo?
—¡Que todo lo arruinas, Azat! —chillo fastidiada—. Arruinas cada puto segundo de mi vida, quiero intentar estar bien y solo te encargar de arruinarlo, ¿Qué mas quieres?
—Te quiero a mi lado, Sheker —argumento acercándose mas a ella y tomando un mechón de su cabello—. Quiero que vengas conmigo.
—No.
—A Argentina.
—¿Debo pedirte por favor?
Sheker se quedó observándolo en silencio, ¿Por favor? Esa no era palabra para Azat, pero le gustaba escucharla salir de sus labios cuando se trataba de ella.
—Si —argumento firme, causando que una pequeña sonrisa se asomara en los labios del sicario.
(....)
Sheker observo todo con asombro, nunca le había parecido una buena idea salir del país, pero observar todas aquellas magnificas esculturas pensó que había sido una maravillosa idea.
—Mi tío definitivamente me despedirá —alego encantada. Azat levanto la vista de los documentos que tenia en su mano y observo el perfil de la fémina.
—Sabes que no debes trabajar, no es una necesidad para ti, Sheker.
—No necesito tu dinero, no soy tu esposa.
—Pero si mi mujer.
Luego de que aquellas palabras salieran de sus labios, el silencio los envolvió. Azat no podía permitirse seguir encariñándose con aquella mujer, ya no más. Tenia un trabajo que debía cumplir lo mas antes posibles, no negaba que un malestar se instalaba en su pecho y estomago al pensar que debía mancharse las manos con la sangre de quien prometió cuidar y amar para toda su vida. Apretó los puños con fuerza, tratando de controlar su ira e impulso.
Al cabo de unos minutos, el vehículo freno frente a un edificio que destilaba lo elegante y caro que podía ser su estadía allí. Ambos bajaron del vehículo seguido de cuatro guardias, era de esperarse el llamado de atención que obtenían, aun mas el guapo de Azat. Este con su semblante serio, tomo la mano de Sheker y se encamino hasta la entrada del hotel, donde allí ya lo esperaba un equipo para recibir sus maletas y una traductora.
—¿Cómo les va? Mi nombre es Sofia y estaré a su disposición en todo momento de su estadía, recibí las ordenes del señor Aslam y esta todo listo. —Argumento la mujer vestida de negro y siguiendo los pasos de la pareja.
—Bien, ¿Cuál es el número de habitación y transición para esta noche?

ESTÁS LEYENDO
Despiadados
Fiksi RemajaAzat y Sheker, una pareja que sabia lo que el futuro les podía dar y quitar, sin embargo, nunca pensaron que el destino les podía quitar a la persona que mas amaban. ¿Como se podía vivir con ese dolor? Ambos sabían como enfrentarse al dolor, el m...