Luego de un silencio, Alman volvió a hablar después de calmar su llanto.
—¿Por qué lo hiciste? El te apreciaba, te trataba como un hermano...
—¿Sabes que me dijo después del entierro de mi hijo? —pregunto el sicario, volviendo a tomar asiento y fijando la vista en el piso pulcro. —Mi vida era mucho mas importante, así es este mundo; se pierde y se gana, nada esta escrito.
—Lo que tu hermano no sabía, es que yo soy quien decide por mi futuro, y a quien quiero en él. Nada es fácil, lo sé, y es por eso que estoy aquí aun de pie; sobrevive el mejor soldado.
—Eres sínico...no lo entiendo...
—No hay nada que entender, eres mi esposa, pero no mi mujer. no me interesas, Alman, nunca lo hiciste, solo eres una zorra que me hizo llegar a donde yo quería. Haz lo que quieras, no interfieras en mis asuntos.
La risa de Alman provoco que este la mirara con una ceja alzada.
—Eres un cobarde, Azat. Te crees el mejor sicario, el que todo lo puede—remarco con odio en cada palabra—. Pero solo eres un cobarde que no cumplió con su ultimo trabajo. ¡No pudiste matar a Sheker! Y eso te convierte en un inútil.
Azat apretó su mandíbula, tratando de contener su odio y rencor. Lleno de resentimiento, se levanto de golpe y salió de allí, dando un portazo.
(...)
Mientras los días iban pasando, Azat se había convertido en buen benefactor de mercancía, había logrado cumplir el deseo grande de Aslam, llegar a conquistar otros países con su mercancía, sin embargo, en ese momento solo era el nombre de Azat Asinov el que se escuchaba por todos lados. Mientras que su fama crecía, con ella se había detenido las amenazas de muerte hacia Sheker. Solo faltaba una cosa para completar su legado, y era un niño.
Para su sorpresa, un mes después Alman había comenzado con síntomas que la llevaron a la conclusión de su embarazo. El sicario a pesar de creer que era su hijo, no sentía la necesidad de estar a su lado o desearlo como lo había hecho con su primogénito fallecido.
Golpeó la mesa con fuerza, luego de tirar todo de ella; la ira emanaba de cada poro de su rostro, odiaba admitir que los sentimientos de celos lo dominaban en aquel momento.
—Sheker...—nombro entre dientes, arrugando el papel que tenia en una de sus manos, el cinismo de Ruslan había llegado demasiado lejos con la invitación de bodas.
—Pidió expresamente que te lo entregara. Desea verte en la ceremonia, se llevará a cabo en Italia. —Alego su fiel trabajador de años, Demir.
—Solo lo hace para provocarme...está muy seguro de sus pasos.
Demir sin pensarlo dos veces, le mostro la tableta con fotos de Ruslan y Sheker juntos, auspiciando su casamiento y lanzamiento de nuevos vehículos del empresario. Azat solo contemplo la sonrisa de su mujer, había tomado la decisión de no buscarla, pero le resultaba imposible cumplir su palabra cuando le llegaba una invitación de bodas y otro hombre tocando lo que le pertenecía, sin contar que ver la mano de Ruslan en su vientre era lo que más hacia hervir su sangre. Era su hijo, y nadie lo tocaría ni seria su padre más que él.
—Quiero ver a Sheker esta noche, prepara a un grupo de hombres, los de siempre. Iremos a donde Ruslan. —Ordenó con autoridad. Demir asintió y salió del despacho.
Al estar solo, siguió observando las imágenes de Sheker, en cada una de ellas se encontraba con una sonrisa y acompañada de Ruslan. Odiaba verla feliz con otro hombre, odiaba saber que tenia en sus manos el destino de hacerla feliz.
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Despiadados
Teen FictionAzat y Sheker, una pareja que sabia lo que el futuro les podía dar y quitar, sin embargo, nunca pensaron que el destino les podía quitar a la persona que mas amaban. ¿Como se podía vivir con ese dolor? Ambos sabían como enfrentarse al dolor, el m...