Epilogo

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Eran las Eras, los tiempos y años, incluso no sabia con exactitud el tiempo que vivía en aquella prisión de dolor y llantos, las voces se reproducían en su cabeza como una disquera.

Intentaba tener un día de cordura y recordar todo lo sucedido, ser normal para salir de allí, sin embargo, su cuerpo no ayudaba en nada. Su mente se sentía en blanco cuando intentaba recordar porque el dolor, ¿Por quien de los dos?

—Esta teniendo un embarazo psicológico —afirmo el médico, observándola tocar su vientre de lo que suponía ser tres meses —. No hay mejoras en ella.

El guardia también la observo, su jefe se la había encomendado antes de morir, nadie conto con que la mente de la fémina fuera su peor enemigo. Esta se había encerrado en una burbuja de fantasía favorable, donde todo estaba bien y su primogénito a punto de nacer. sin embargo, sabia que este corría peligro a causa de Azat y su ambición al poder.

—Cuídenla —ordeno, sintiendo lastima por ella—. Es una persona importante, nadie puede ingresar aquí mas quienes di mi consentimiento.

—Lo hacemos, señor David.

El guardia dio media vuelta y comenzó a caminar por los pasillos color beige, llevaba años con Ruslan, desde que ambos eran jóvenes, este era su mano derecha y consejero, la muerte de su jefe le había golpeado tan de repente que no lo esperaba, no esperaba dejar de seguir reglas y tratar de seguir vivo su clan. David solo era el suplente, este esperaba y ansiaba que Sheker reaccionara a la realidad y asumiera su rol como Dama Sultanov.

Desde aquella noche, los empleados de Azat al saber que su capo estaba en peligro, no dudaron en ir a buscarlo, reconocía que este se había ganado el respeto de pequeños clanes que también se sumaron en su búsqueda, mientras que otros habían preferido no intervenir a las decisiones de Ruslan.

Si Sheker no aparecía, oficialmente el clan importante pasaría a manos de Azat y eso no lo podía evitar si no había sucesor, mas solo que Azat utilizara a la única arma que podía juntar ambos clanes; la pequeña Lilibeth.

Después de todo, Azat al saber que la niña se encontraba con vida, no dudo un segundo en socorrerla y cuidarla a pesar de hacer una búsqueda intensa para encontrar a Sheker.

Esta última había caído en un estado critico con todos los sucesos que la vida le dio. El dolor y la pasión en lo que estaban envueltos solo había provocado que uno de los dos saliera dañado; ninguno estaba preparado para ese punto, ninguno había comprendido lo despiadados que eran, que no solo uno era el responsable de los daños, más bien ambos eran los dañados.

—La dama Sultanov debe regresar —se prometió, saliendo del nosocomio. 

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