Final

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Mientras la fémina se encontraba desmayada, Ruslan observo todo el procedimiento en el que se estaba llevando a cabo.

—¿Cómo se encuentra? —pregunto, sin quitar la vista de ella y de la incubadora que apartaban de la cama.

—Esta estable, presenta signos de intoxicación en su sangre; tiene una droga potente en ella, ese fue el motivo de su perdida...

Ruslan dio media vuelta y salió de la habitación, rumbo hasta el sótano del hotel majestuoso.

—¿Cómo esta nuestro huésped? ¿Todos se fueron?

—Lo han hecho, señor; el padre de la señora Sultanov esta en su habitación, hay guardias en su puerta. El hotel permanece cerrado.

—Esplendido.

Ambos caminaron hasta un pasillo blanco con tuberías en su techo, llegando a una puerta donde guardias la custodiaban. Al ingresar, observo el cuerpo mal herido de Azat, su rostro se encontraba totalmente bañado de sangre que salían de sus cejas, labios y nariz. Contempló su torso desnudo, donde una venda con sangre cubría su hombro donde había sido baleado.

—¿Aun no despierta?

—Lo hizo, pero volvió a desmayarse.

Ruslan observo todo en el con detalles, la flexibilidad que se le formaban en sus brazos a causa de estar encadenado a las tuberías reflejaba su buen trabajado cuerpo. Hizo una señal con su mano a uno de sus hombres, este se acerco con un cubo de agua fría y se lo tiro al sicario, provocando que gimiera de dolor y tosiera.

Ruslan rio con falsedad antes de hablar.

—Sabía que llegaría este día, amado hijo. —A pasos cortos y lentos, se acerco hasta el joven que tenia los ojos cerrados, apretando su mandíbula con fuerza—. Tienes coraje...mataste a tu esposa.

—Tengo los huevos bien puestos, es diferente...esa zorra merecía morir—susurró. Ruslan rio y negó.

—Tan puestos para querer matar a Sheker y su hija. No te preocupes, ella esta bien aun cuando quisiste interrumpir su embarazo.

Azat confuso, levanto la cabeza y lo observo.

—No lo hice....

—Lo hiciste —afirmo, propinándole un golpe con su puño, preso de la ira —. Quisiste matar a tu propia hija, envenenaste a Sheker en mi descuido...

—No...

—Lo hiciste, Azat—se convenció, agachándose a su altura y agarrándolo por las hebras de su cabello —, eso es lo que Sheker creerá. Intentaste asesinar a su hija...y ese era un buen punto para su orden de matarte.

En ese momento, el sicario comprendió la situación, trato de liberar las esposas que tenía en sus manos.

—¡Maldito! ¿¡Donde esta mi hija!? —bramo, con su corazón acelerado ante el pensamiento de la perdida de su hija.

—Tu dime—sonrió con malicia —. ¿Dónde esta mi hija? Ahora la tuya esta en el mismo lugar. Sheker estará mas que dispuesta a dar la orden en cuanto lo sepa. Sabias que sobrepasarías tus limites en cuanto te la llevaste, pero cavaste tu tumba cuando la entregaste muerta ante mí.

Azat rio y no proceso palabras, aun tenia un arma en sus manos aun cuando estaba cerca de su muerte, y eso le daba el coraje necesario para enfrentarlo y causarle dolor, tanto que ya calculaba los siguientes pasos. Azat Asinov sería la única leyenda que se había enamorado de la mujer incorrecta.

—Disfrutare verte muerto. —Sentencio, dando la vuelta y saliendo del lugar.

(...)

Después de horas, Sheker abrió los ojos lentamente, sintiendo la pequeña molestia de la luz dar en sus ojos. Su garganta se encontraba seca.

DespiadadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora