Good at love ❤ KM.

Capítulo 27.

Unos golpecitos en la puerta hicieron que Jimin diera un brinco del susto.

—P-pase... —la puerta se abrió y una cabellera castaña bien peinada se asomó, era Taehyung.

—¿Estás listo? —preguntó, con los nervios a flor de piel, aun cuando él no era el personaje principal ese día.

—Sí, no... no lo sé. C-creo que me falta acomodar mi cabello.

—Déjame ayudarte en eso, entonces.

—Estoy nervioso... —respondió Jimin.

Estaba sentado frente a un gran tocador y miraba su reflejo a través del espejo.

—Es normal. Hoy es tu día, Mimi.

—Sí, lo sé —aun no lograba asimilar que el gran día para él y para Jungkook había llegado— Necesito aire, siento que... necesito respirar...

—Vale, abriré las ventanas —caminó hacia una esquina de la gran habitación en donde se encontraban y abrió uno de los ventanales para que el aire en el interior cambiara— ¿Mejor?

—Sí —respiró profundo mientras cerraba sus ojos. Necesitaba calmar los malditos nervios— ¿Cómo... —abrió sus ojos y miró a su amigo— ¿Me veo bien?

—Precioso, Mimi —respondió sin siquiera pensarlo y con una encantadora sonrisa en sus labios.

—Vale... Dios, siento el estómago revuelto y ganas de llorar.

—Ni se te ocurra o arruinaras el maquillaje —Taehyung tomó un cepillo y comenzó a acomodar las hebras rubias y rebeldes de Jimin.

La puerta volvió a sonar con unos golpecitos, esta vez más fuertes y sin esperar respuesta, se abrió.

—¿Ya están listos? —preguntó Yoongi, mientras cerraba la puerta y se giraba para ver al novio— Oh... 

—¿Qué? —preguntó Jimin, aún más nervioso ante su reacción.

—Te ves... —Min alzó las cejas y tragó saliva. Él era un hombre casado, con dos bebés y amaba a su familia. Amaba a su esposa. Pero Jesús, debía admitir que ver a Jimin así, tan... hermoso, causó un alboroto su estúpido corazón.

—¿Mal? —preguntó, sonando preocupado.

Yoongi bufó ante tan absurdo comentario.

—Claro que no, tonto. Te ves increíble —le sonrió con cariño.

—Ya ves, Mimi. Deja de preocuparte. Estás precioso —Taehyung terminó de peinar a Jimin y miró a Yoongi— Hm... ¿Hoseok...? —intentó con todo su corazón pronunciar bien el nombre de su esposo.

—Ya llegó y está con Taeho —Yoongi respondió lo más normal posible, ya que estaba al tanto de todo.

—Hm... vale.

El vientre de Taehyung casi no se notaba, aun cuando ya tenía cinco meses de gestación. La tristeza y la soledad que sentía a causa de la nula atención que ponía su esposo en él, no ayudaban a sobrellevar su embarazo, aun cuando lo intentaba, simplemente la situación y las hormonas lo superaban.

—Oye —le llamó Jimin al notar un leve cambio en su amigo y le acarició el vientre— No pongas esa carita o me pondré triste también.

—Tonto... estoy bien, no pasa nada —mintió. No lo estaba, pero él era fuerte y aunque le costaba, saldría adelante. No necesitaba a un hombre para ser feliz. No necesitaba al padre de sus hijos. No necesita a un hombre que prácticamente se había casado con su trabajo. Él lo superaría, claro que sí.