"Realmente soy un alma sobria, pero estoy con mis amigos en este momento"
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Damián se encontraba adormilado cuando sentía como algo le hacía cosquillas en la nariz, unos olfateos cerca de su oreja lo despertaron; era Kedama, su pequeño pomerania blanco.
Después de alimentar a su mascota comenzó a cuidar de sus plantas, empezó con ese pasatiempo cuando se mudo. Al principio era realmente un desastre, llegando a matar helechos por exceso de sol y una que otra cinta gracias al abundante riego, después de un tiempo se convirtió en todo un experto, un obsesionado como con la música; no podía salir a comprar sin llegar con algo para sus plantas.
Horas después se encontraba caminando sobre la acera vistiendo una pesada sudadera color crema, era consciente que el clima definitivamente no ameritaba la prenda pero siempre intentaba usar algo que le asegurara que sus tatuajes no se notarán. En su mente y como en todo momento pasó Samuel, siempre se pregunto porque vestía con camisas de manga larga y cuello alto, no es como si se estuviera quejando ese corte le quedaba maravilloso, combinando con sus ojos azules, extremadamente azules y sus delicados cabellos rubios, y esa sonrisa inofensiva... se había desviado de sus pensamientos, como era costumbre.
Curiosamente se dirigía en busca del propietario de sus pensamientos, esta mañana le había llamado con un tono conmocionado, eso lo alteró un poco en un buen sentido. Los audífonos que llevaba puesto cancelaban el sonido, esto provocó que un toque en el hombro lo asustará; al voltear ahí estaba, no pudo evitar sonreír.
—Hey—saludo.
Samuel lo abrazó fuertemente, al punto en el que Damián le tuvo que llamar dos veces para que lo soltará, no es que él quisiera, pero estaba apretando demasiado.
—Parece que hoy es un buen dí...—no terminó cuando Samuel se arrojó hacía sus labios.
—Sal conmigo ¿Sí?—lanzo sin pensar.
—¿Qué?
Sonrojado y paralizado. Fue la única reacción de Damián.
Compraron unos helados, uno de chocomenta y otro de vainilla, se sentaron en la banca de un parque, había poca gente ya que el reloj ya casi marcaban las ocho de la noche, ninguno de los dos sabía cómo iniciar la conversación, Damián tenía muchas preguntas así que tomó la palabra.
—¿Por qué dijiste algo como eso tan de repente?
—¿No crees que sea verdad?—respondió firme.
—Bueno es que habíamos hablado y dijiste que no estabas listo—hizo una pausa esperando una réplica—.Solo no quiero que te presiones, sabes que si no estás listo para algo serio yo esperaré, quiero saber que cuando estemos juntos tu estés bien y cómodo.
Sam liberó una pequeña carcajada.
—Creo que te estás complicando mucho—miró hacía Damián—.Sí lo pensé, y simplemente quiero estar contigo, podemos ser felices ¿No es suficiente?
—No...digo si, si—se trabo por la vergüenza—,es solo que me gustas mucho y no me lo quiero tomar a la ligera...
Hablaba con un sonrojo, las orejas de Samuel al instante se pusieron rojas, nunca nadie le había sido tan sincero abriendo su corazón con tanta facilidad, como si fuera una persona que valiera la pena.
—Eres una buena persona—tomó su mano y entrelazaron sus dedos.
—Eso me gustaría decir—Samuel lo miró confundido—.Quiero ser claro contigo desde el principio, quiero contarte cosas que necesito dejar atrás...y quiero que a pesar de que tu sepas eso aún así querrás estar conmigo.
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Queridos Amigos Con Problemas
Teen FictionSi abres tu mente a las posibilidades... ¿Que harías si te encuentras a un alma? ¿Enamorarte? Iván sobrevive gracias al coraje de su pasado y también a las amistades que encontró en el camino. Después de una noche de disputa y la llegada de una extr...