Queridos Amigos Con Problemas

13|No Choice

"La vida es una tarea ¿Para qué estamos viviendo?"

°

"Mi fiesta de cumpleaños fue estupenda. Me alegra ver a Oliver convivir con todos, los chicos lo adoran y lo tratan con mucho cariño. Últimamente todo ha estado bastante tranquilo, Dai está estable, no he sabido nada de la abuela, por fin deje de trabajar y estoy de vacaciones.

Desde hace algunos días Oliver y yo hemos dormido juntos, el primer intento me dio insomnio toda la noche, después me comencé a acostumbrar; sin embargo, las pesadillas siguen estando, no puedo con eso. Ahora que tengo tiempo no se que hacer, es algo extraño estar libre para todo, quizá empiece a darle oportunidad a eso que siempre he querido. La semana pasada conseguí mi identificación d..."

—¿Qué estás escribiendo?

Iván soltó un gritó de susto. Oliver estaba detrás de él, vestía una camiseta con estampado de una banda de los 70s llamada Aerosmith, un regaló Samuel.

—¿Estás escribiendo en tu diario?—preguntó sonriendo.

—No es un diario...—respondió cerrando la libreta color naranja y poniéndola contra su pecho.

—¿Entonces qué hacías?

Oliver lo miraba con atención recordando todas las veces que lo había visto escribir en ese cuaderno. A Iván le daba vergüenza aceptar hacer algo que para muchos parecería infantil.

—Solo anotaba algunas cosas que sucedieron...para no olvidarlas.

—¿Entonces si es un diario?

—Si, si es—acepto derrotado—. ¿Estás contento?

Oliver asintió. La noche de la fiesta estaban agotados y felices, en un momento todos fueron hacía la casa de Samuel, según él no había problema. Al llegar fueron directos a uno de los cuartos, ahí comenzaron con el Karaoke, era una muerte auditiva segura por parte de la mayoría de los chicos, eso hasta que llegaba el turno de Damián; el chico era obligado siempre a cantarles ya que poseía una voz encantadora que nunca perdían la oportunidad de escuchar.

—Bésame, bésame mucho, como si fuera esta noche la última vez.

Una canción escogida por Iván, era la versión de su banda favorita. Los demás se encontraban en el piso sentados moviendo sus brazos de un lado al otro y alumbrando con las linternas de sus celulares haciendo que el oscuro lugar se iluminará como un reflector. Acompañaron a Damián cuando el coro llegó cantando como la canción merecía; con mucho sentimiento.

—Bésame, bésame mucho, que tengo miedo a tenerte y quererte después.

Damián direccionó su mirada a la de Samuel. Se encontró con esos desafiantes ojos azules, sus ojos color mar, brillantes y perfectos. Sin disimulo se acercó y comenzó a cantarle de frente tomándolo de la mano, sus amigos solo observaban, ninguno sorprendido. Los labios del rubio se tornaron en una sonrisa traviesa, la misma que siempre hacía alocar el corazón de Damián. Estaba tan enamorado.

El amanecer llegaba y decidieron salir al jardín cerca de la piscina. El sol comenzaba a asomarse y con él los rayos que daban un sentimiento hermoso, una tranquilidad y un calor delicioso. Los amigos disfrutaban de su mutua compañía como era costumbre, ser joven no era fácil para nadie, podías encontrar gente que te hiciera mucho daño o personas que te alegraran la vida, no todo el mundo tiene la misma suerte así que se consideraban afortunados.