23

181 25 26
                                    

—La señora Kim no quiere verte —le dijo Baekhyun a Chan—. No se separa de Lisa.

Todo el mundo en la casa Kim estaba demasiado preocupado como para fijarse en que Baekhyun no había dormido en su cama, y tampoco lo oyeron salir por la mañana a recoger la ropa de lavar.

—¿Cómo está Lisa? —preguntó Chan.

—Todavía está inconsciente.

—¿Qué dice el doctor Everson?

—No entiende cómo ha podido aguantar tanto tiempo.

—¿Entonces no cree que tenga esperanzas?

Baekhyun negó con la cabeza.

—Debo irme —dijo—. Nadie ha querido comer en esta casa.

—Le diré a Jun que mande algo del restaurante.

—Ya lo ha hecho. Ahora tengo que conseguir que coman.

—Regresaré dentro de un rato.

—Llama a la puerta de atrás.

—Te amo —dijo Chan en voz baja.

—Yo también te amo. Y ahora, será mejor que me vaya.


* * *


—Montaste un buen tinglado aquí, ¿eh? ¡Vaya desastre! —Jaebeom Byun se dirigía a Changsun—. ¿Quién demonios te dijo que fueras a buscar a Choi?

Changsun ya no era el mismo chico que había llegado al pueblo hacía menos de veinticuatro horas. Había descubierto que no le gustaba tanto disparar. Durante todo el tiempo que el doctor estuvo curándole el brazo, le estuvo hablando de la jovencita que había resultado muerta por una bala perdida. Eso le revolvía el estómago. También se había dado cuenta de que Chanyeol Choi era dos veces más rápido y diez veces mejor que cualquier otro pistolero que él hubiese visto. Chan podría haberlo matado si hubiera querido hacerlo. Changsun decidió que no se sentía atraído por la idea de morir. Ni siquiera había considerado esa posibilidad cuando llegó al pueblo. Pero, después de mirar a Chanyeol Choi a los ojos, se dio cuenta de que la muerte era una certeza si él volvía a apuntarle con un arma alguna vez.

—Tú dijiste que querías verlo muerto —dijo Changsun, aliviado de pensar que los barrotes de hierro lo separaban de su abuelo. Siempre le había tenido un poco de miedo a Jaebeom, y aunque se estaba portando de manera calmada y razonable, Changsun sabía que era inclemente.

—Si ibas a matarlo, ¿por qué no lo mataste a la primera oportunidad? Fuiste un idiota al armar ese tiroteo en el pueblo. Lo único que lograste fue alborotar a todo el mundo como si fuera un avispero.

—¿La chica está muerta?

—Me importa un comino esa chica. Todo el mundo le va a echar la culpa a Choi por no matarte antes. Y eso nos facilitará la labor de acabar con él.

Changsun no tenía ganas de discutir con su abuelo, pero no podía quedarse callado.

—Él no trató de matarme. Pude verlo en sus ojos. Estaba furioso, pero no quería matarme.

—Tú no sabes lo que estás diciendo. Ese Choi es un asesino.

—No, no lo es —lo contradijo Changsun, que se sentía envalentonado por la protección de los barrotes—. Podría haberme matado en cualquier momento. Lo que quería era darme una lección.

—Espero que la hayas aprendido. Un cachorro no debe meterse con un tío tan peligroso como Choi. Déjamelo a mí.

—Pero no tienes que matarlo —dijo Changsun—. Él no ha matado a nadie de la familia.

Baekhyun (Libro 4 - serie 7 novios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora