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Las calles llenas de gente le daban al pueblo un ambiente festivo. Todo el mundo quería ver a quién traía Chan. Donceles y mujeres que acababan de terminar sus compras y hombres y chicos que suspendían sus labores se arremolinaban en la calle en medio de murmullos y especulaciones. Baekhyun alcanzó a ver a Jisung cuando salía corriendo con JongIn. Había gozado de tanta libertad en los últimos días que el ya no esperaba que se mantuviera a su lado.

—Parece que todo el mundo ha decidido hoy salir a la calle —observó Hyuna Kim.

Baekhyun se volvió a mirarla con sorpresa. Estaba tan concentrada tratando de ver a Chan que no se había dado cuenta de que Hyuna se acercaba.

—Supongo que tienen la esperanza de que esto signifique el fin del robo de ganado.

—Los únicos a los que les preocupa el robo de ganado son Peter y Wally. La gente está ansiosa por ver a quién ha atrapado el comisario.

—¿Por qué? —preguntó Miranda Trescott, que llegó segundos después que Hyuna.

Baekhyun se sintió de repente muy pequeñito. Estar junto a Miranda reforzaba sus sentimientos de inferioridad. Sabía que el era más hermoso que Miranda, que sus curvas eran más redondeadas y atractivas; sin embargo, se sentía casi feo cuando estaba junto a esa mujer. Miranda Trescott era joven y bonita, se vestía de manera impecable, actuaba con gran seguridad en sí misma y era simpática y muy agradable. Era amable, siempre estaba alegre y parecía toda una dama. Baekhyun ya no se negaba que esperaba tener con Chan algo más que una amistad, pero el hecho de estar junto a Miranda le hacía ver que sus sueños eran muy difíciles de alcanzar.

—La gente tiene la esperanza de que el comisario haya atrapado a los Byun —dijo Hyuna—. Y al mismo tiempo esperan que no sea así.

—Eso no tiene ningún sentido —dijo Miranda.

—Lo tiene cuando uno conoce bien el pueblo. La gente sospecha que los Byun están detrás del robo de ganado. Tal vez algunos de ellos sí están involucrados, pero son un clan muy unido. Si tratamos de colgar a uno de los Byun, el resto se vengará del pueblo.

—Pero eso va contra la ley —dijo Miranda.

—Esa es la ley aquí —dijo Hyuna y señaló a Chan, que estaba entrando en el pueblo en ese momento.

—Pero seguramente la gente del pueblo...

—El pueblo contrató a Chanyeol Choi para que hiciera lo que ellos no pueden hacer —dijo Hyuna.

Las palabras de Hyuna Kim sacudieron a Baekhyun. El sólo había pensado en el daño que podían causar las armas, en la muerte de Taewoo, en la clase de gente que usaba las armas para lograr sus propósitos egoístas. Pero había olvidado que si no había hombres como Chan, dispuestos a usar un arma para imponer la ley, los delincuentes robarían y matarían a sus anchas. Chan se lo había dicho, pero el estaba tan ciego por su decisión de que Jisung nunca tuviera nada que ver con armas, por su propio temor a ser abandonado nuevamente, que no podía verlo. La gente buena tenía que usar las armas, aunque no quisiera, porque, si no lo hacía, la gente mala sí las usaría. La multitud se apretó cuando Chan comenzó a avanzar por la calle. Detrás de él venían dos hombres a caballo, con las manos atadas a la espalda y los pies amarrados por debajo de la silla. Peter Collins y Wally Regen cabalgaban en la retaguardia, muy sonrientes.

—William dice que es posible que esto no detenga los robos, pero al menos hará que paren durante un tiempo —dijo Ruth Norton, que no era más inmune a la curiosidad que los demás.

—Eso depende de cómo reaccione el pueblo —dijo Hyuna.

—¿A qué se refiere? —preguntó Miranda.

Baekhyun (Libro 4 - serie 7 novios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora