Capítulo 21

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Dedicado para Glory mi hermanita minion

-¿Estás segura?- asenti por quinta vez.

-Podemos pedir esta semana.

-Mateo, estoy bien, ustedes me han ayudado- me meti por el hueco de los asientos delanteros y les di un sonoro beso en el cachete.

El día de ayer no me habían dejado pensar en nada, al amanecer me robaron la frazada y le robaron los peroles a la nana y así pudieron despertarme, Marcus se encontraba de viaje y solo me tope con los tíos quienes me dieron todo su apoyo y en la tarde habíamos ido todos, incluso la nana, a un parque de diversiones donde vomité dos veces más pero una fue por causa de Mateo ya que me abrazo muy fuerte y me apretujo mi pobre estómago.

Juro que había adelgazado dos kilos y me sentía sumamente débil, busque en los recuerdos de mi anterior embarazo y nada...no había ni una sola molestia, no estaba confirmado si estaba o no en cinta pero los vómitos y mareos eran algo demasiado evidente además de que tenía retraso pero mi período siempre había sido impuntual.

-Llegamos ¿estarás...

-Sí, si estaré bien- me baje del coche y cogi la pequeña bolsa con dos pares de ropa que mis hermanos me habían comprado, me plante mi mejor sonrisa y camine a la residencia de mujeres, tenía que ponerme mi uniforme y llegar a clases.

-¡Gía!- me di la vuelta para encontrarme con Mery y Brandon.

-Hola- me abrazaron y Mery me dio un beso en la mejilla.

-El día sábado hay una celebración en mi casa por lo de Dani, tienes que ir sí o sí- estaba claro que no tenía ánimos pero iba a asistir, estaba muy agradecida con todos ellos.

-Ahí estaré-  sonrieron y se fueron caminando con las manos entrelazadas, una pequeña punzada de envidia me recorrió el cuerpo pero la ignore.

Segui mi camino hasta mi habitación y me puse uniforme, miré la pequeña caja y no dejé que mis depresivos pensamientos me atacaran, centre toda mi atención en la caja roja que no quise ver el día sábado... me exigía que la abriera.

Dicen que la curiosidad mató al gato...pero aún así, el gato murió sabiendo, quizás sea una bomba pero ¡vamos! Es algo casi imposible.

Por precaución, agarre mi almohada y la puse frente a mí.

Muy inteligente, eso me salvara de una bomba.

Con cautela me acerque y la abri pero hubiera preferido no hacerlo....la parte más rara de mí hubiera preferido una bomba.

Tomé asiento junto a la gran caja y reprimi la ganas de salir corriendo y buscar a algún policía.

Dentro habían muchas fotografias...mías y eran recientes, cuando llegué a Inglaterra, aquí en el instituto, y luego de toda mi vida, mis manos temblaban debido a mis nervios.

¿Había un psicópata detrás de mí?

Saque el resto de las fotografías, en el fondo habían unas pequeñas prendas de bebé y en un frasquito de cristal habían unos dientecitos.

Esto me estaba asustando cada vez más.

Saque dos enormes cuadernos y escogi el que me pareció más llamativo, lo abri y de a poco sentí como mi corazón se iba enterneciendo.

De portada rezaba la frase "Muy sweet baby" y había una foto de mí...quizás tenía tres años.

Las lágrimas no se hicieron esperar al seguir repasando cada página, cada foto me recordaba mi rara infancia, desde mi primer mes hasta al año y luego hasta los trece donde dejé de tomarme fotos por obligación, debajo de cada foto había frases escrita a puño y letra.

¡Simplemente no te me acerques!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora