¡Simplemente no te me acerques!

Capítulo 15

Dedicado para Tefa, te quiero nena.

Una cosa era cierta.

Mi sentido del habla había huido de mí, literalmente.

Siri me miraba con expectación mezclada con tristeza, me había descubierto, había visto todo el álbum, ahí estaba mi nombre, el de Troy.

Ahí estaba la antigua yo.

-Por favor explícame esto- rogo.

-Yo...- ¿qué le decía?- Siri escucha...es algo complicado.

-Te escucho- suspire y me senté frente a ella.

-Todo esto pasó porque...- le conté exactamente lo mismo que a Brandon y a Mery, su cara se desencajaba en ciertas partes y veía claramente que en sus pensamientos me estaba juzgando, cosa que me dolía, lo pensé de todos menos de ella.

-¿Por qué?- fue lo único que salió de su boca, su cara de decepción me hacía sentir miserable, mentirosa, sucia.

-No lo hagas- susurre tratando de calmar las lágrimas que amenazaban por salir.

-¿De qué hablas?

-¡No me juzgues!- me levante de un salto por la furia- ¡tú no sabes nada de lo que pase, mi vida fue, es y siempre será un infierno!

-¡No Gía!- fue lo último que escuché antes de salir de la habitación.

Sabía que esto pasaría, por eso no tenía que acercarme a nadie, no confiar en nadie, para acabar así.

-¡Gía espera!- la oí gritar detrás de mí, ahogue un sollozo y seguí corriendo, necesitaba estar sola, necesitaba alejarme...otra vez.

No le hice caso y seguí corriendo.

-¡Por favor espera!- su grito había sido desesperado por eso me gire y lo último que vi fueron sus lágrimas.

SIRIPOV

-¡Gía!- grite cuando vi como su cuerpo rodaba por las escaleras, su grito ahogado me hizo estremecer.

Corrí más rápido y reprimí un grito al ver su cuerpo sin movimiento en el comienzo de la larga escalera, baje con prisa y me arrodille junto a ella, mis manos temblaban y sentía que mi corazón martilleaba contra mi pecho.

-Por favor despierta- rogué moviéndole la cara, pero sus ojos seguían cerrado, sentí mi cuerpo palidecer cuando vi mi mano con sangre.

-¡Ayuda!- grite con desesperación- por favor ¡ayuda!

Nadie.

-Auxilio- mi voz parecía un grito estrangulado, mi cuerpo temblaba de miedo, yo no quería esto, no la estaba juzgando, solo estaba...sorprendida, por un momento me sentí traicionada pero gran parte de mí la entendía.

Una inspectora llegó a nosotras y se tapó la boca al ver a Gía.

-Por favor ayúdeme- mi llanto salía con desesperación.

-¿Que-e pasó?- su voz estaba cargada de nervios.

-Una ambulancia- pedí mirándola aunque mi visión estaba empañada por las lágrimas.

Ella habló por un aparato y aparecieron dos inspectoras más que jadearon al vernos.

-¡Una ambulancia!- grite al borde del colapso, moví a Gía a ver si reaccionaba pero nada, sus párpados seguían cubriendo sus ojos.

-Ya llamamos una ambulancia ¿qué paso niña?- me preguntó una de ellas.

-Se cayó de allí- señale lo alto de las escaleras.