Capítulo 15

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Jennie me acorrala contra la pared de la cocina. Respira sobre mi cuello y la acción pone mis pelos de punta. Da un beso húmedo en él y luego sube sus labios a mi oído.

—¿Sabes cuantas fantasías he tenido contigo? —susurra. —Esta noche las haré realidad.

Suspiro y muerdo mi labio, Jennie de pronto me roba un beso largo y apasionado, aun sin cortarlo coloco mis manos detrás de su cabeza y presiono para que estemos más cerca apegando nuestros labios. Siento que poco a poco que ella va bajando sus manos por mi espalda, hasta que llega hasta mi culo y me levanta alzándome contra la pared. De mi boca sale un gimió a través del beso y envuelvo mis piernas alrededor de mí su cintura.

Jennie camina conmigo cargada, de pronto mi espalda choca con algo, el beso se corta, es solo la barra de la cocina. Avienta cada una de las cosas que hay sobre ella y me sienta sobre ella. Sentí sus manos que viajaban por mi espalda, sus manos jugaban con el dobladillo de mi blusa.

—Maldita sea Jennie, sácala ya! — Sentí su risa, levanté mis manos para que retirara la camisa, exponiendo la parte superior negra del traje de baño.

Ella se inclina sin dejar de besar mi cuello, empieza a repartir besos bajando hasta llegar a la tela negra que cubre mis pechos, sin pensarlo ella desata el nudo de la parte superior y suelto un gemido agudo cuando empieza a lamer sin piedad mis pezones. Es perfecta.

Mis manos se movía por la espalda de Jennie, en busca de sacarle la blusa. Ella se separa del beso por un momento para subir los brazos y así quitarse la blusa, dejando descubierto la parte superior del traje de baño negro con blanco.

—Acuéstate. —ordena.

Obedezco y no sé cómo, pero ella también se sube a la barra y se sube sobre mi apoyando su peso en sus manos. Como puedo deslizo mi mano hasta dentro de su short, un gemido se escapó de sus labios y yo sonreí con esa hermosa respuesta. Tome su clítoris, frotándolo en pequeños círculos, podía sentir que Jennie estaba muy húmeda por mí. Sin pensarlo inserto un dedo en su interior y empiezo a empujar.

—Dios, Lisa no te detengas! — gimió — ¡Mierda! — soltó un grito de placer, mientras yo la seguía penetrando, siento a Jennie jalando mi cabello, y sé que ya va a llegar al orgasmo. Los gemidos y gritos por parte de ambas inundan la habitación, es sexo común, pero creo que es placentero hacerlo en un lugar que no sea la cama. Cuando Jennie llega al orgasmo, saco mis dedos dentro de ella y se baja de la barra, me toma de la cintura y me ayuda a bajar.

—Esto, solo es el comienzo. —muerde el lóbulo de mi oreja.

A paso torpe y entre besos y toqueteo llegamos a su habitación, ignoro todo lo que la adorna, mi vista se centra en la enorme cama con cobertor negro. Me tira en la cama y luego abre unas puertitas, como un armario que no había notado. Santo dios está lleno de juguetes sexuales. Fustas, bálsamos, antifaces, esposas, látigos, cuentas y muchas cosas más que no logro reconocer.

Alzó una de mis cejas divertida.

—Eres una sádicona pervertida Jennie, ni se nota que leíste cincuenta sombras.

—Los polvos vainilla aburren.

—Lo sabía! —grito. —La leíste!

—Así es, la leí. —sonríe y se acerca a mí.

—Señorita Manoban, esta noche va tener que ser mi sumisa. —susurra contra mis labios.

—Lo que usted ordene señorita Kim

Atrapa mis labios en un beso perfecto, y me separo cuando siento que algo cae en mis piernas. Es un dado un poco más grande que los normales, me sorprendo al ver lo que tiene pintado.

La Mejor Amiga de Mamá (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora