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- ¡Mi Nam, no corras! - decía tratando de seguirme el paso - ¡Recuerda que estás embarazada!- sus gritos se escuchaban en los pasillos, más no me importaban sus reclamos.

Yo corría como una loca por los pasillos del palacio, estaba más que emocionada. No podía ir caminando, me sería eterno llegar hacia su majestad.

El corazón no dejaba de latirme con fuerza. Pensaba que en cualquier momento se me saldría del pecho o que incluso se me caerían los dientes de tanto sonreír.

Al estar en frente de su habitación, me detuve para dejar salir el aire con la emoción presente en todo mi ser. Entonces y solo entonces, fui capaz de tocar la puerta para seguidamente, ver como estas eran abiertas.

Entré y pude ver a mi amado ahí mirándome, con una bella sonrisa en su rostro.

Boom, Boom, Boom.

Iba a tener un colapso. Incluso mi respiración ahora era agitada.

Al fin puedo verle, después de tanto sufrimiento, de estar a punto de no verle más, el está frente a mi con una bella sonrisa.

Cuánto extrañé esa mirada, esa sonrisa de ojos bambi. Oh Allah, no veía la hora de poder escuchar su hermosa voz.

Yo estaba impaciente por abrazarle, hice una reverencia levemente para luego mirarle a esos ojos que tanto me encantaban.

- Mi Nam - salió de sus labios al ver mi mirada de enamorada. Lentamente abrió sus brazos, acompañado de una sonrisa dándome a entender que podía abrazarle - Ven...

Y sin pensarlo dos veces, corrí hasta el para abrazarle. Ni siquiera me era molesto mi vientre en ese momento, hundi  mi cabeza en su pecho, apoyando la mejilla derecha en él y ahí pude sentir esa fragancia que tanto amaba, esa olor tan varonil, ahora si me sentía  completa.

-Su majestad  - dije enternecida en su pecho, apretaba su cuerpo para que no se apartara de mí, sin embargo no podíamos ajuntarnos mucho por mi vientre.

Jungkook pasó su mano derecha a mi cintura y la izquierda a mi cabellera, para dejar un beso lleno de ternura en mi coronilla.

- Te he extrañado tanto, amor mío  - me dijo de la manera más dulce que pudiera existir -

-Y yo Jungkook - me separé un poco para mirarle - y yo - le dije esta vez mirándolo a los ojos para luego posar mi mirada en sus hermosos labios y ver ese lunar bajo su labio inferior que tanto me gustaba.

- Me muero por besarte cariño - confesó con una mirada llena de anhelo-

- Yo también, alteza. - no podía dejar de mirarle- Eh extrañado demasiado esos labios hermosos. No sabe cuánto he soñado con sentir la delicadeza y suavidad, de sus labios, su majestad. - el sonríe para acariciar mi cabellera, acercándose lentamente a mi rostro para luego dejar caer sus labios, en los míos.

Les juro que fué una instantánea conexión de un juego de un rompe cabeza.  Nuestros labios encajaban a la perfección, era cómo si fueran echos el uno para el otro. Raro e incluso tonto, pero perfecto. Extrañaba tanto sus besos que no pude evitar dejar salir una lágrima traicionera, que reflejaba mi emoción.

Las hormonas ante el embarazo me habían convertido en una mujer muy sensible.

- ¿Que me has hecho amor mío?  - dijo tocando mis labios, separándose solo un poco porque nuestras frentes estaban juntas- Me tienes a tus pies -yo reí ante eso -

El se separó de mí y miró mi vientre con una hermosa sonrisa plasmada en su rostro, para después tocarla.

- ¿Como está mi bebé? - me preguntó, alzando la mirada.

La Concubina del Sultán Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora