5-Lunes, lunes, lunes...

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Un mes desde que esta tipa entro en nuestras miserables vidas, un mes desde que deseo que llegue el día lunes para verla.

   El domingo hice doble turno y me quedo dormida para su primera clase, así que decido no ir, total ni siquiera voy a llegar a tiempo y tampoco me hubiese dejado entrar, supongo que hoy no podré verla —Suena el teléfono.

   —Cris no voy a ir, ni siquiera llego, ayer trabaje doble turno y me quedé dormida.

   —Entonces no debería tomar turnos dobles si sabe que tiene clases conmigo los lunes a primera hora —me sobre salto en la cama mirando incrédula la pantalla del teléfono, el número es desconocido, como pocas personas lo tienen asumí que era Cris y tomé la llamada— ¿Sigue ahí señorita Jensen?

   —S...s sí, sigo aquí... no entiendo el porqué de la llamada.

   —Me prometió hacer hasta lo imposible por cumplir y no la veo aquí, cumpliendo.

   —¿Llama a todos los alumnos que llegan tarde o no llegan a clase? Que servicio tan personalizado. No recuerdo que la semana pasada le llamara a Jiang Mei o a DeLuca, por faltar.

   —Veo que ya está un poco más despierta y dando comentarios mordaces, la quiero en mi oficina al terminar mi clase.

   —¿Qué pasa si hoy pensaba no ir a la universidad?

   —Bueno ahora tendrá que venir o iré a verla a su departamento, la veo al finalizar mi clase, sino viene asumiré que tengo que ir

    Corta y quiero reventar el teléfono contra la pared, pero no, no puedo darme el lujo de romperlo, complejo de clase media baja, no tengo dinero para comparar otro.

   «Maldita bruja sexy» ¿En qué estoy pensando? ¿Acaso pensé en sexy? Sí, lo hice, fingiré demencia conmigo misma. Ahora tengo que ir a la universidad y rápido, no la quiero aquí. Yo que pensaba dormir hasta tarde hoy.

    Me levanto, baño, me lavo los dientes, como una porción de pizza fría, vuelvo a lavarme los dientes y salgo rumbo a mi hermoso destino. Luego de demorarme buscando las llaves de la moto, las veo sobre el placar bajo una camiseta, corro a alcanzarla y me doy el dedo chiquito del pie con la pata del mueble.

   «Debí quedarme en cama, diosa griega y la re concha de tu..». —No repitan esto en casa. Insulto cortesía de amigos latinos.

   Salgo medio cojeando hasta mi moto y a la universidad. Llego a su oficina, con mis lentes de sol puestos ya que parezco un mapache y no tenia ganas demorarme maquillandome, la espero parada apoyada en la pared con un pie en la misma, tengo el casco en mi mano y celular en la otra revisando las últimas leyes aprobadas. Sí, soy toda una nerd, en vez de ver redes sociales me pongo a revisar leyes.

   Siento su mano en mi brazo, estaba tan concentrada que no la ví llegar, solo así levanté la mirada

   —¡Oh! hola.

   —Baja el pie de la pared —casi me da una nalgada por pegarme al costado de la pierna—. Revisando las últimas leyes aprobadas —da un vistazo a mi teléfono— muy aplicada. Pasa y siéntate.

   Entro y me siento dejando mi mochila y casco en la silla junto a la mía, pasa una mano por mi espalda ¿Por qué tiene que toquetearme todo el tiempo, y peor por qué su accionar no me incómoda? Se sienta detrás del escritorio.

   —Faltó a la clase Jensen.

   —Lo sé, me llamó para despertarme y por eso estoy aquí ¿Lo olvidó?

   —¿Cuánto gana en lo que sea que trabaja?

   —¿Para qué necesita saber? ¿Anda buscando trabajo? Y yo que creía que el bufete de abogados dejaba bastante dinero —Dibuja una sonrisa asesina.

La favorita de la profesoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora