La favorita de la profesora

34-Crecimos y crecieron.

Hace dos años cuándo necesitaban valentía, llegó su hijo y un mes después para completarles el alma, llegó su hija, desde ese momento sin duda alguna ellos son sus hijos y ellas sus mamás. Lo que desborda esta familia es amor y eso lo contagian a quienes los rodean. Se nota como al mirarse los cuatro sienten un profundo amor los unos por los otros.

   Hoy se gradúa Scarlett de abogada y están todos para festejar con ella, sus hijos, su novia, sus padres, George y sus amigos, Luna también fue con sus padres, hasta los 6 de la fraternidad de Cris que son como los tíos de los niños.

   —¿Mami podemos ir contigo? —pregunta la pequeña, Alma, viéndola con sus enormes ojos cafés, meneando su cabello castaño ondulado.

   —Sí, mami por favor —Valentín se une a la petición de su hermana mirandola con sus ojos azules.

   —Chicos mami tiene que ir so...

  —Por favor amor, déjalos que vayan conmigo a recibir el diploma.

   —Amor sabes que no pueden —los tres miran a Atenea con ojitos suplicantes— ay Dios mío, deja de enseñarles a hacer eso, está bien.

   Scarlett sube con los dos pequeños de las manos y los tres posan para la foto. Al bajar saludan a todos inclusive a Alice que no pensaba ir por las molestias del último tiempo de su embarazo, pero ahí está junto a Cris tomados de las manos.

   Sin que Scarlett lo viese está Noah a los lejos observando.

   —Tienes huevos al venir el día de hoy dónde no eres bienvenido —Dice Atenea a sus espaldas— se puede saber, ¿qué haces aquí? Si en casi 4 años no has aparecido.

   —Viene a su graduación, es un día importante para ella.

   —Varios días importantes, cómo el nacimiento de nuestros hijos, cómo la muerte de Sam, cómo los días de tu cumpleaños que se pone triste, cómo los días que se despertaba llorando porque soñaba que te veía llegar para llevarte a nuestro hijo.

   —No me llevaré al niño, solo pase a verla, pero no debí venir tienes razón —Noah está con la barba y pelo corto, más delgado y con la mirada cansada— no debí haber venido. Ella nunca podrá perdonarme ¿Verdad?

   —Espero que no lo haga porque no lo mereces, pero sabes cómo es ella —se coloca a su lado y se encoge de hombros— pero yo no soy Scarlett y si te acercas a mi familia para hacerles daño, será lo último que hagas.

   —¿Es una amenaza?

  —Es una promesa, Noah, y yo no hago promesas vacías —Traga con dificultad.

   —Me iré a vivir a Italia, no creo volver, no para volver a verla, pero quería verla por última vez, ella era mi mejor amiga —Atenea lo mira fríamente, le importan una mierda sus sentimientos solo quiere que se marche antes de que Scarlett lo vea y arruine su graduación—. Gracias por hacerla tan feliz Atenea, jamás la he visto brillar tanto, salvo cuando has estado a su lado.

   —Su felicidad es la mía también, mi misión en la vida es que ella y nuestros hijos sean felices.

   —Ya lo creo que Sam hizo una buena elección con ustedes dos —la mira pero ella ni siquiera le dirige la vista periférica, él simplemente no lo merece—. Adiós.

   Ambos caminan en sentidos opuestos ella acercándose Scarlett y él alejándose para siempre. No da una última vista atrás ya no merece ser parte de la felicidad, de la que fue su mejor amiga, ni siquiera merece dar un vistazo. La culpa será su mayor cargo de conciencia y tiempo tendrá para saldar su karma.