seis

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— ¿Entiendes  por  qué  no  puedes  venir así  aquí? — Habló,  mientras miraba  a  su amigo  Mingjue  tirado  en el  suelo con  sus  brazos  en  la espalda. — ¿Sabes  por  qué  no  te han  matado  aún? — volvió  a preguntar,  y  otra vez  no  obtuvo respuesta por  parte de Mingjue.  Xichen llevó sus  dedos  al puente  de  su nariz  y  apretó,  negó  varias  veces  con la cabeza y  suspiró. — Llévenlo  dentro.—   Ordenó,  antes  de  dar  vuelta y empezar a  caminar.

Al  ver  los  ojos  de  su  amigo  supo  inmediatamente  que él  no estaba bien  y  mucho menos  sobrio,  si  es  que  así  se le podía  decir  a una persona  drogada.  Sus  ojos  habían delatado lo  que Mingjue  había consumido:  Cocaína.

Esto se está saliendo de  control . — Pensó.

Antes,  simplemente  la usaba para ayudar  la presión  del  trabajo,  pero ya no tenía ninguna excusa  y  como su mejor  amigo,  sabía  que tenía que ponerle un alto antes  de  que las  cosas  fueran a  mayores  o la prensa se enterará,  y  arruinará la  carrera de  su amigo.

Miró  como sus  hombres  lo dejaban en la cama  de la  habitación de huésped,  detuvo a  uno de  sus  hombres  que pasaba por  su lado y  le  ordenó  que buscara a  Ah Qing.  Luego de unos  minutos,  la joven pelirroja entró en la  habitación  e hizo una mueca, la cual no paso desapercibida  para  su jefe  ,  al ver  el personaje tirado de  espalda  en la cama.

Xichen  entendía a  la perfección  a la  mujer,  Mingjue  era una  de  esas personas  que  a la hora  de  bañarlos  eran insoportables  y  se comportaban  de un  modo bastante  infantil.

— Si  te hace  sentir  mejor,  puedes  usar  el agua fría.  No tengas compasión. — Se  sorprendió que  aún  como  se encontraba irritado por la escena  de  Mingjue,  encontró el  espacio  para bromear.

Ella  pasó por  delante  de  él mientras  seguía  a la  hombres  que agarraban  a Mingjue  de ambos  brazos  cuando ella le  hizo  un  gesto, murmurando  acerca  de  que si no fuera  por apoyar a  su hermano no tendría que  estar trabajando,  y  tampoco tendría que bañar  a Mingjue.  Xichen se  encogió de  hombros,  despreocupado,  antes  de  sacar  su teléfono  del  bolsillo delantero de  su  pantalón  de vestir y  textear  a su  hermano.

Xichen:  ¿Cómo  vas? 

Lan Zhan: ¿Sabes  que  come como una embarazada?

Frunció el  ceño al  leer  el texto que su hermano  le había mandado,  era algo  lógico.

XichenJiang Cheng  está embarazada,  se supone  que  debe comer  por dos.  —  La  repuesta  de  Lan Zhan  no se hizo  esperar.

Lan Zhan:  No  hablaba de él.  Su amiga es la que come como embarazada.

Será idiota... — pensó.

Un grito proveniente  del  baño  hizo  que  bloqueara el  teléfono y  se pusiera en guardia...  Mingjue  estaba  dando  lucha de  nuevo.

                       🌺🌺🌺

Dos horas después. 

Xichen  cerró la  puerta de  su despacho  mientras  pensaba cuántas veces  Mingjue  había  interrumpido  en  su casa de una  manera bastante preocupante y  hasta  el tope de cocaína.

Tres.  Tres  era el  número de veces  que  él había hecho lo  mismo.

La  primera vez  entró en  su casa,  disparando hacia  el cielo con  el regalo de navidad  que  él le había  comprado: una  glot  48,  para su defensa personal. No para que  interrumpiera en  su  casa  cuando le viniera en gana.

La  segunda vez,  Mingjue  había  estrellado  su auto  contra el  portón  de  la entrada  de  la  casa de Xichen,  por  milagro saliendo totalmente ileso del  pequeño accidente.

Y  la última  vez,  que  se trataba de ahora,  entró a  la casa  como si fuera el dueño  de esta mientras  portaba  el arma  en  su  cintura.

La  seguridad  de  Xichen era muy  estricta,  y  tenían  la orden  de disparar  y  luego preguntar  a  cualquiera que entrara con un  arma a  su casa  sin avisar.

Xichen  se  sentó  detrás  de  su escritorio  mientras  estudiaba  a Mingjue, que estaba  sentado en el  mueble de  cuero negro con  la mirada perdida.

— A  partir de  ahora,  no  más  cocaína. — Xichen  habló primero, rompiendo  el silencio que  se  había formado entre ambos.  Los  ojos Mingjue se posaron en  él,  mirándolo con  incredulidad mientras  se preguntaba si  Xichen  hablaba  en serio. — Hablo en serio. —  Habló, como si  pudiera leer  el pensamiento  de  su amigo. — Ya no  más...

— No eres  nadie para impedirlo. — Mingjue  se había  levantado del asiento,  interrumpiendo lo  que  Xichen estaba  hablando.  Éste último apretó  la mandíbula  mientras  dejaba  que las  palabras  de  su  amigo  se sentaran  en su cabeza.

Xichen  tuvo que  recordarse un par  de veces  que  no era Mingjue  el que hablaba.  Podría que  aún estuviera  sintiendo los  efectos  de la droga que había  consumido,  muy  leve,  pero aún estaba  en  su organismo.

— Tu amigo,  eso  es  lo que me creo.  Además... ¿Por  qué  vienes  aquí  si  no  soy  nada?

— Lo  siento. —  dijo Mingjue,  rápidamente,  mientras  empezaba  a caminar de  una lado a  otro en la  habitación. —  Está bien,  ¡Está bien,  maldita sea! ¿Eso quieres?¡Eso haré!

No tenía  que decir  que  había  aceptado,  Xichen  sabía  perfectamente que él  había aceptado  sus  condiciones  de ¨No más  cocaína¨,    algo  le  preocupaba  era pero si la repentina  aceptación.  Sabía que Mingjue  era de los  que  daba lucha  para cualquier  cosa,  Nie Mingjue  podría  ser  todo lo que quiera,  pero ¿dócil? Esa  no  era palabra que iba  acorde  con  su amigo.  Conociéndolo perfectamente,  se  atrevió a  preguntar:

— ¿Qué  ocurre?. — Observó como  Mingjue  seguía  moviéndose  de  un  lado a otro

— Es  él.  — Dijo,  sin pensarlo.  Ya no le  importaba  nada,  no  después de  todo lo  que le  estaba pasando.

— Ese  chico  me está volviendo loco,  y  voy  a tenerlo.

Embarazo Del Mafioso 'Adaptación 'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora